Frío en mi espalda.
Temblor en mis manos.
Dolor en mis pies.
Voces en mi alrededor.Me recorrían cada instante estas cosas. Las voces se divertían con mi malestar. Me gritaban, me insultaban, me guiaban a malos caminos.
+Despierta.+
Había escuchado esa voz entre todas las otras. Lloraba por la emoción de sentirla. No quería despertar, ni abrir mis ojos.
+Despierta cariño.+
Empecé a temblar. Era mamá.
Mamá está aquí. No me dejó, no se alejó, nos quiere a pesar de lo que somos.
Tal y como era antes de toda esta mierda.
Decían que la fase de la adolescencia era la peor, pero creo que la mia lo era más.
Yo estoy bien, sólo que ya no estaré nunca más sola. Me diagnosticaron esquizofrenia hace dos años, a los 17, para ser exactos. Pero yo estoy bien, sana.
Debí no haber tenido nunca aquella enfermedad. Yo no estaría destrozada como ahora. Mamá estaría viva. Yo no sería culpable de su asesinato.
+Ya despierta.+
La voz de mamá se transformaba en una más grave y cortante. Quería seguir escuchando su voz angelical, al menos por última vez.
+¿Por qué no aceptas lo que ya sabes? Vamos, despierta bebé.+
Ahí comenzaron las voces nuevamente a gritar dentro de mi cabeza. Ellas querían salir, querían sentir la libertad como hace unos veinte minutos...
Hace veinte minutos yo había llegado a casa molesta. La doctora no creía que estuviese mejor. Hace meses no sentía las voces y creía que estaba curada.
+Estabas tan equivocada. Cariño, recuerda; Yerba mala nunca muere... Seguiremos siempre a tu lado+ me dijo una de las tantas voces al llegar a casa.
Empecé a tirar lo que veía al suelo, mientras gritaba lo que se me ocurría. No quería esta vida, no quería estas voces, no quería hacer lo que ellas me pedían, no quería dejarme llevar, no quería volverme como ellas. Quería ser la yo de hace 2 años.
- Hija, ¿Qué ocurre?- me miró mamá asustada.
Discúlpame mamá... No fui yo, no quería esto. Te quería, te necesitaba, te admiraba. Quería llegar a ser como tú lo eras.
"Como tu lo eras"... Porque ya no estás.
- ¿Por qué, eh? ¿Por qué tuve que nacer? ¿Por qué existí? No quiero esta mierda mamá. No quiero mi vida, no quiero esta familia, ni a mis amigos, ni estas voces. ¡Estoy cansada! ¡Molesta!- le gritaba.
No sabía que la última vez que le hablaría sería de molestia, ni mucho menos sabía que si moría, fuese por mi propio actuar.
Mamá me quería y ella no se merecía esto. No se merecía esta hija.
+¿Por qué no la castigas? Es tan mala madre, nunca ha tratado de ayudarte. Te tiene pena. Sólo te trata bien porque sabe que puedes castigarla. Y hoy, no te ha tratado de buena forma, ¿Crees que miraba sin pensar en llamar al psiquiatra? Vamos, cariño, deja ayudarte, deja liberarte. Deja mostrarle lo que eres capaz...+
De ahí las voces tomaron el control de mi cuerpo. Sólo mi cuerpo, porque sabía de todo lo que ellas hacían.
Veía a mamá corriendo, llamándome, pidiendo auxilio, temiendo de mi.
Mamá... Pensé que cuando me llamabas despertándome era porque me querías, al igual que a ellas. ¿Por qué ya no estás conmigo? Ellas dicen que eras mala, y yo solo debía enseñarte a tratarme bien. A tratarme normal.
"Abre los ojos, bastarda. Y ya deja de llorar... Acepta que eres una asesina." reía una de las voces más fuertes de mi cabeza, distorsionandose a un grave y oscuro tono.
Al abrir mis párpados me encontré con una escena terrorífica. La sangre bañaba todo el cuarto. Mamá era irreconocible con todas las heridas y el cuerpo descuartizado.
Sentía frío en mi espalda.
Temblor en mis manos.
Dolor en mis pies.
Voces en mi alrededor.
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Abre los ojos, Pega un grito
Short StoryRelatos de una alma egoísta. No lo leas si no quieres abrir los ojos y gritar cuanto puedas. HISTORIA PAUSADA. *Cada historia es únicamente mía, no robar ni plagiar. Gracias.*