Abre los ojos, Pega un grito

40.- Tinker.

Otro día más. Peter era la única persona que me alegraba las tantas horas de un infinito giro planetario. Y a pesar de todo, el me hacía daño.

Me hería y luego intentaba curarme. Pero no se puede apuñalar a alguien en el corazón y tratar de ayudarla con la misma arma. Es inhumano... Típico en Peter.

Lo conocía de años, siempre nos consideramos mejores amigos. Pero los tiempos pasan, y uno en verdad, nunca tiene la misma visión de "amistad". Yo lo quise más que él a mi, sólo porque los sentimientos no eran los mismos.

Éramos tal para cual, pero él nunca se fijó en mi. Tal vez por lo frágil, lo tierna, o lo incondicional que era. A los chicos como Peter les gustan las niñas como Wendy.

Ella le contradecía las cosas, le rechazaba sus propuestas. Alguien inalcanzable, deseable.

Él me pedía consejos, y yo me quedaba ahí, quieta con el nudo en la garganta y las lágrimas apretadas, intentando demostrar que yo era todo lo que mi amigo necesitaba. Y que lamentablemente, él ignoraba.

Muchos creían en mi. Y yo... Yo creía que Peter me querría como algo más que una amiga, y me vería de la misma manera que deseaba a aquella joven.

Y ahora... Ahora estoy destruida. No tengo fuerzas para levantarme, fui tan buena, tan pura... Tan inútil e imbécil que nunca abrí los ojos para saber que jamás estaríamos juntos. Y peor aún, me di cuenta de aquello cuando vi el amor entre ellos dos, forjados en un dulce beso.

Me estoy oscureciendo, y ese brillo que irradiaba se está apagando. El amor era mi motor. Peter era mi día a día.

Estoy sentada, en una esquina de este gran cuarto, vacío y frío. Estoy bebiendo sin culpa, sin remordimientos...

- Tinkerbell, siempre estuviste ahí para Peter.- me dijo la voz en mi cabeza. El dolor de esta por la borrachera me mataba por dentro, pero no menos de lo que él me había herido.

- ¿Y Peter?.- escupí con asco y desesperación. Quería escuchar la respuesta que me rompiera...

- Él elijió a Wendy.