53.- Que no soy yo.

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No puedo correr, no puedo salvarme de aquella desesperación. Me he dado cuenta, finalmente, que no soy yo la mala persona.

Me lo han hecho creer, pues la cuchilla en mis manos es inconscientemente protección, los abrazos que me daban era con un fin de que les devolviera la mano. Ellos lo son, sí, ellos son los que me han destruido las esperanzas, el apoyo, la justicia y la confianza.

Ayúdame, porque un susurro se vuelve agresivo, la sinceridad falta de respeto, la conciencia un acto de rebeldía. Ayúdame.

No puedo llorar, ni gritar, alejar o evitar. No puedo salir de este círculo vicioso, de estos golpes por la espalda, de las habladurías y la altanería.

Por lo que más te pido, huye. Tienes tiempo, tienes energías y fe, tienes el control para moldear tu vida y que no te la destruyan. Tienes todo para salir de este lugar y de este ambiente que sofoca tóxicamente.

No puedo correr, mis piernas responden al llamado de la rutina. Estar consiente y no poder manejar tus movimientos es horrible, enfermo. Mi cuerpo no me hace creer las mentiras y la envidia.

Estoy asustado, no puedo sobrevivir en un mundo coludido. No puedo ser justo si la justicia no lo es. No puedo ser sincero si luego cambian mis palabras y creen las que no he dicho. No logro que entiendan que están todos ciegos, que son todos cobardes, envidiosos, que ven la imagen, lo económico y la competencia. Ya estoy aquí, y soy parte de esto... Corre, que yo no logré hacerlo.

No soy malo, no te alejes. No soy mentiroso, no me mires en menos. No soy agresivo, soy justo. No soy problemático, soy sincero. No creas que soy yo el equivocado, no les creas a los de grandes sonrisas pero muy bien fingidas. Por favor, no te metas en esto, sal.

¿Sabes por qué debes salir? Porque me he dado cuenta, finalmente, que no soy yo la mala persona.

Abre los ojos, Pega un gritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora