Me despierto de golpe. Mis párpados se abren exageradamente, e intento ver a todas las partes posibles. Pero solo visualizo un gran muro ante mi.Estaba acostada, y era de madrugada, notablemente por la falta de ruido y de luz.
Tenía un sentimiento de miedo y ansiedad, pero no sabía de qué, hasta que siento que no logro moverme. Era una sensación horrible no poder voltear, además de tener mi espalda al descubierto, con la sensación de que alguien estuviera a mi lado.
Sentía hormigueo por todo mi ser, no dolía pero era exasperante no poder voltear, y más sintiendo peso a mi lado, en un lugar vacío del otro lado de mi cama. Creía que eso respiraba, aunque no estoy clara si realmente lo hacía.
Percibí que algo me cubría más que todas mis mantas. Algo negativo y oscuro, que impedía que lograra hacer una mínima acción. El temor y duda me carcomía, mi respiración era irregular y muy elevada, esa era mi única música de fondo ante la absoluta oscuridad de mi cuarto.
Sentía como el ser y el aura negra que me cubría me desgastaban, y que me harían algo muy malo. Quería llorar.
Quería correr y alejarme de todo, era frustrante no poder irte de lo malo. Nunca temí por mi en ninguna otra situación, pues podía valerme por mi misma. Pero hoy, ahora, no. Esto era muy fuerte y poderoso.
Tanto miedo tenía, que mi objetivo era llamar la atención de algún familiar y correr. Lo que llaman; sobrevivir. Era la primera vez que creía estar en peligro, siendo que estaba en mi cuarto, acostada.
Intentaba mover mis piernas, pero el ser y lo que me cubría me apretaban más el pecho. Me resistía e intentaba una y otra vez el salir de esta situación. Mis pies dolían, sentía la fuerza con la que intentaban despertar, y escapar.
Mis cuerdas vocales ardían, me forzaba a gritar. Pero mi voz no salía, no la encontraba junto con todo mi cuerpo paralizado. Soportaba mis lágrimas, que advertían por salir. Y al contrario de como estaba, intentaba mantener la calma. Sabía que el miedo hace más difícil las cosas, y que debía estar tranquila para no dejarme llevar por todo este acontecimiento.
Cierro mis ojos y contengo las lágrimas... Y al abrirlos, ya me encuentro mirando al techo, sintiendo como ya lograba mover los dedos de los pies, entumecidos y adoloridos.
Me senté rápidamente, y miré a todas partes. No lograba ver las esquinas de mi habitación por la falta de luz. Y bueno, tampoco quería levantarme e investigarlas. Lo negativo se había ido de mi lado, pero no de mi alrededor.
Muevo mis muñecas y apreto y suelto mis manos. Dándome cuenta que nada fue un sueño... O una pesadilla. Que todo fue muy vívido como para ser fantasía.
Pensé en levantarme e ir por ayuda, o alguien para acompañarme. Pero no pensaba molestar ya a nadie, y no quería que el ser sintiese que era vulnerable e incapaz de tener esta situación en mis manos.
Me planteo acostarme y recomponerme. Dormir de espalda y acobijada completamente, además de sacar todos los pensamientos de mi cabeza y tener la mente en blanco.
No sé si a esto se le llama "La parálisis del sueño", pues fue muy fuerte a comparación de otras experiencias contadas por otras personas.
Pero me engaño a mi misma diciendo que fue algo pasado, y sin tanta importancia...
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Abre los ojos, Pega un grito
NouvellesRelatos de una alma egoísta. No lo leas si no quieres abrir los ojos y gritar cuanto puedas. HISTORIA PAUSADA. *Cada historia es únicamente mía, no robar ni plagiar. Gracias.*