dvacet

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gracias por leer y dejar sus mensajes, aun que no los respondo de verdad los leo todos y les agradesco mucho.

aqui se revelan algunas cosas que habia dejado al aire.

espero les guste.

espero les guste

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La puerta fue tocada bruscamente y tuvo que soltar a Jiraiya, yendo directo hacia ella, sabía que el único que podía estar afuera era Kakuzu.

—¿Qué?

—Tienen preso a Itachi.

Y eso era lo último que le faltaba, ¡maldición! Estaba a punto de volverse loco, se encontraba tan enfadado con Jiraiya, y con el resto del mundo también, el mundo basura que lo hizo tanto mal. Se arregló la ropa y le dio una última mirada furibunda a su Omega para luego salir cerrando con llave la puerta.

—Tendrás que matarlo —dijo con calma—, estamos a punto de perder nuestro imperio y no me voy a arriesgar a que eso suceda.

—Sí, Orochimaru-sama...

—¿Tienes algo más que decir?

—S-sin Itachi... no podremos lavar el dinero, y él...

—¿Estás insinuando que Itachi es importante para Akatsuki? —preguntó y Kakuzu dio un lento asentimiento—. Pues no es así, todos en Akatsuki son reemplazables —en sus ojos fieros no había ni una pizca de mentira, por lo que Kakuzu guardó silencio.

—Sí señor.

—Ahora piérdete y no pares hasta traerme la cabeza de Itachi.

Kakuzu cerró sus puños y se fue de ahí.

Orochimaru golpeó fuertemente la pared hasta hacer sangrar su piel, todo lo que había construido a lo largo de tanto tiempo estaba en peligro de desmoronarse.

Caminó hasta el cuarto de su puta y encontró a Zetsu en la cama —ese Omega era tan puta con él que se sorprendía de no haberlo dejado preñado hace mucho—. Siempre era así, iba con él cuando Jiraiya lo arruinaba todo y se ganaba sus golpes, pero es que él no era un hombre paciente.

—¿Quieres sexo? —dijo Zetsu—. Sabes que te doy todo.

Abrió sus piernas descaradamente y él no dudó en ir hasta el Omega, pero ciertamente Jiraiya había abierto una brecha en él y ahora no podía dejar de pensar en el pasado. Maldita sea la hora en la que Jiraiya se fue de su lado, maldita la hora en que dejó que otro Alfa lo marcara y le diera un hijo.

Estaba tan dolido, estaba deshecho y lleno de ira que supo que se lo haría pagar con años de esclavitud y le quitaría todo lo que alguna vez había amado, ¿qué mejor manera de hacerle sufrir?

Atormentarlo, humillarlo y quebrantar su alma, tal como él lo hizo, porque sí, Orochimaru había tenido un pedazo de humanidad y Jiraiya se había encargado de destruir esa parte, dejando solo a la bestia.

Jeho divoké oči  -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora