Un inocente Omega que no sabe nada del mundo exterior, su mundo no abarca más que su hábitat y ha pasado casi toda su vida encerrado en ese zoológico, siendo la atracción principal, claro no era raro cuando su forma animal era un bello tigre de beng...
como están? espero que bien, muchas gracias por sus votos y por sus comentarios.
si tienen alguna duda por favor hacerla.
ya entrada la noche habrá algo especial en la pagina de face... así que pásense mas tarde por ahí.
aquí el cap.
Especial OJ
¿Alguna vez han sentido que se ahogan? Pues eso siento ahora mismo, un gran dolor me atraviesa el pecho mientras veo pasar toda mi vida delante de mis ojos.
Comienzo a sentir frío, y veo a mi nieto llorar cerca de mí. Arruiné la vida de todos, y ahora solamente puedo pedirle perdón con la voz entrecortada, a pesar de que ya no tiene caso... Solo soy una basura de persona.
Y, a pesar de que mis ojos querían desviarse hacia ti, no pude hacerlo. Te odio, te odio tanto. Tú me condenaste a ser lo que soy, tú fuiste el culpable de que matara a mi cachorro... Tú hiciste que este corazón se muriera.
No pude evitar llorar de rabia ni mucho menos sentirme solo, y fue totalmente imposible evitar que ver tus lágrimas me provocara más rabia aún. Sin embargo, sé muy bien que esto no fue así todo el tiempo, porque Jiraiya... tienes que saber que de verdad te amé. Te amé tanto que dolía
Dolía tanto...
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Años atrás...
Un pequeño niño iba apresurado hacia la entrada del lugar, con sus pasitos cortos intentaba no tropezarse, estaba tan cansado y tenía los ánimos tan por los suelos, que la simple idea de ir a un campamento no lo emocionaba para nada, pero últimamente su mami había estado peleando con unos feos Alfas y él había estado escuchando sus gritos todo el rato, acompañados además de gruñidos y bramidos. De verdad no había podido dormir, así que su mami lo había mandado a ese campamento para hacerlo sonreír, ella decía que eso lo ayudaría a ser un niño más alegre y menos reservado.
Cuando estaba a un par de pasos de entrar por completo, volteó a ver a su mami, que lo despedía desde el carro con una gran sonrisa de ternura, entonces él se sintió mejor y entró al lugar de inmediato para que segundos después unos Betas se le acercaran sonrientes.
—Bienvenido al campamento de Konoha, ¿a quién tenemos aquí? Tu nombre, compañerito...
—Orochimaru —murmuró el niño—. Mi mami esta por ahí —señaló.
Los Betas miraron hacia el carro y saludaron a la mujer para luego tenderle una mano al pequeño y llevarlo hacia la cabaña más cercana para acomodarlo y presentarlo delante de todos.
—Un gusto Orochimaru, si tienes algún problema puedes recurrir a nosotros, somos los supervisores —dijo una chica dulcemente y el niño asintió.
