Se levantó en sus cuatro patas y asomó la cabeza por los barrotes, viendo hacia donde estaba la zona boscosa y pudo notar algo extraño, varios Betas estaban ordenando su patio de juegos y eso no le gustaba ni un poco, él había hecho algunas cosas ahí que los Betas estaban deshaciendo. ¡¡Era malo!!
Era su lugar.
Si estuviera en su forma humana seguro tendría un enorme puchero.
Quiso salir y darles unos mordiscos a esos hombres... pero se detuvo, ¿por qué actuaba así? A él no le gustaba la violencia —era su instinto de Omega lo que lo hacía actuar de esa manera—, no sabía lo que le pasaba.
Retrocedió asustado y trató de tranquilizarse pero la voz de Pain —ese chico que no le gustaba mucho—, se estaba acercando mientras hablaba por celular. Cuando llegó donde él, lo admiró.
—Vamos princesa, tienes que bañarte y cambiarte —a Naruto no le gustaba absolutamente nada que Pain le diera órdenes, él no era suave, era brusco y le había hecho eso... No quería tenerlo cerca pero era uno de sus cuidadores y tenía que aguantar ver su cara. Comenzó acicalarse con su lengua en tono de rebeldía pero Pain golpeó los barrotes asustándolo—. ¡AHORA! —dijo fuerte y algo en Naruto se volvió sumiso y acató la orden.
Camino a paso lento hacia el pequeño cubículo donde había una regadera, y se transformó al estar dentro cerrando rápidamente la cortina para que Pain no viera su desnudez.
Trató de bañarse tranquilamente pero algo en su pecho estaba hirviendo, estaba comenzando a ponerse inquieto y nervioso, muy ansioso.
Y no le gustaba nada, ¿quizás estaba emocionado? Todo era muy nuevo para él y tal vez la noticia de un nuevo compañero le alegraba el alma.
Con el ánimo arriba terminó de lavar su cuerpo y salió enrollándose en una toalla y viendo que Pain ya no estaba sino que ahora era la chica de cabello dorado, ella estaba dentro de su jaula sosteniendo un juego de ropa, Naruto sonrió feliz yendo directo a ella para frotarse en su pecho.
No es como si la viera de otro modo, ella simplemente le daba calor y protección, despedía olor fuerte y le hacía sentirse tranquilo, ella era Alfa pero nadie le había comentado eso y la chica lo mantenía en secreto, simplemente estaba ahí protegiendo a ese dulce Omega y hasta ahora estaba cumpliendo su misión de infiltrada.
—¿Estás emocionado?
—¡¡Si!! —ella, además, era una de las pocas que hablaba japonés, todos hablaban checo y él lamentablemente no había aprendido el idioma ya que no tenía amigos checos que le enseñaran.
Apenas podía decir lo básico, que era muy poco.
—¿Crees que será un buen compañero? —dijo ella
—Eso espero Tsunade. ¿Será agradable? ¿¡Querrá jugar conmigo!?
Ella lo abrazó más fuerte y sobó suavemente su pelo mientras mordía su labio con dolor, ella sabía que llevaban a un macho Alfa con quien juntar al pequeño rubio, que ni siquiera le llegaría a los hombros. Estaba asustada por él.
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Jeho divoké oči -Omegaverse-
Fiksi PenggemarUn inocente Omega que no sabe nada del mundo exterior, su mundo no abarca más que su hábitat y ha pasado casi toda su vida encerrado en ese zoológico, siendo la atracción principal, claro no era raro cuando su forma animal era un bello tigre de beng...