čtyřicet šest

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es lo mas cercano a naruto embarazado... lo siento 

muchas gracias por el apoyo como siempre, les quiero mucho.

e estado muy ocupada, y me duele horrible la cabeza... diablos!! quiero un respiro y dormir mucho... 

sin alargare mas, aquí el cap.



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—Umm

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—Umm... Sasuke, no... —gimió sin voz abriendo más las piernas y apretujando las sabanas mientras cerraba los ojos con fuerza.

Sus pechos sensibles se rozaban contra las colchas gracias a la posición en la que estaban, que, a su vez, le permitía a Sasuke apretar fuertemente sus nalgas y trabajar con fervor sobre su entrada lubricada. Estaba tan sensible por el embarazo, que se encontraba a nada de venirse, su pequeño pene estaba erecto y dolía.

—Delicioso —murmuró ronco, perdido en la vista de la hermosa entrada rosada que pedía por él.

—Mhmm —gimoteó arqueando la espalda y echando sus caderas ligeramente hacia atrás, provocando que Sasuke sonriera y volviera a comerse esa linda entrada.

Segundo después, Naruto se tensó completamente mientras se venía con un gritillo causando un gruñido satisfecho en el Alfa y dejando sumiso al rubio, quién enseñó el cuello ronroneando, luego se giró un poco dejando ver su vientre y Sasuke sintió a su tigre alzarse mientras hinchaba su pecho con orgullo, su Omega se miraba hermoso con ese vientre redondo y completamente perdido en la bruma del placer.

—Eres un Omega hermoso, eres mío —murmuró viéndolo directamente a los ojos y Naruto abrió las piernas gimiendo con necesidad.

Dios, en los 6 meses que llevaba de embarazo no habían hecho el amor ni una sola vez, así que ambos estaban calientes, y, quizás por las hormonas del embarazo, Naruto estaba muy necesitado de su esposo.

El Alfa se acercó como el tigre que era, apreciando a su presa dispuesta a ser comida, y no pudo sentirse más satisfecho con ello, mordisqueó la piel de su cuello haciéndolo jadear y arañar un poco sus brazos, estaba ansioso. Se bajó un poco los pantalones —tan sólo lo necesario para poder sacar su miembro—, y se acomodó entre las hermosas piernas de su Omega, para luego, entrar de una estocada gimiendo ronco al sentir la humedad y el calor.

Jeho divoké oči  -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora