čtyřicet devět

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hola, hola, aquí vengo con el final de la historia, antes de comenzar quisiera agradecer a todos y todas por ser tan fiel a esta historia desde un principio, por comentar y darme sus buenas vibras, por todo de verdad... en mis momentos difíciles me apoyaron, me dieron fuerzas y me hicieron sonreír, son lo máximo!

son un gran fandom, y con orgullo llego a decir que este proyecto llega a su fin! 

fue un largo, largoo camino, pero no me arrepiento fue un proyecto único, fue algo que no e visto nunca y me alegra saber que tuve cabeza para mostrarlo, comencé en el 2016 y finalizo en 2018...

no me alargo mas, de verdad gracias.

PD: me confundí con los nombres, el cuarto bebe no se llamaba akira sino tatsuma!

aquí sin mas, el final.

konce


Gaara miró al fin, después de mucho tiempo, como Sai abrazaba a Ino, parecían almas gemelas reencontrándose y fundiéndose en uno solo. Suspiraban temblorosos, transmitiéndole al mundo las ansias que sentían.

Gaara suspiró levemente, tan sólo un poco... Ahora, su esposo estaba libre de deberes, y, por ende, él también era libre...

Tadashi ya había crecido lo suficiente como para poder llevar el mando del clan Sabaku, y, a pesar de que el tiempo no perdonaba —la vejez siempre atacaba—, a Sai parecía no importarle las arrugas que Ino portaba, así como a ella no le interesaban las manchas de edad en Sai, simplemente parecían añorarse y querer besar cada una de sus arrugas.

Él todavía podía recordar aquel día que la rubia había llegado desde China pidiendo ver a Sai, tuvo que ser fuerte y decirle que su esposo no estaba, y no mentía después de todo, ya que Sai había salido de viaje. Sin embargo, él podía recordar claramente como aquella hermosa rubia había llorado al ver a los dos hijos que le dio a Sai.

Tadashi ya era un niño grande, tenía 14 cuando Ino lo conoció, por su parte, Ryusei contaba con 11 años en ese momento.

El pelirrojo todavía podía sentir los sollozos y lágrimas que le estremecieron el alma.

"La rubia había caído al suelo arrodillada, abrazando y dando besos a sus cachorros, y, aunque ambos chicos eran Alfas y se sintieron muy incómodos con el repentino acto, ninguno de ellos se apartó. Parecían respetar el acto de la extraña que lloraba a sus pies.

Al verlo, Gaara se acercó rápidamente con mirada dura, y de inmediato alejó a Ino para luego tratar de levantarla, pero ella se negó mientras sollozaba contra su ropa.

—P-por favor, no... Y-yo, no lo alejes...

—Basta —dijo suavemente.

Ino lo miró directo a los ojos y el Omega pudo notar lo rota que estaba aquella chica.

—Ellos serán los únicos cachorros que conoceré... serán los únicos hijos que Sai tendrá...

Gaara se mordió el labio y la culpa lo golpeó, él había vivido un buen matrimonio, ameno y sin problemas, de tal manera que nunca se le cruzó por la cabeza que la destinada de Sai estuviera tan mal. Que egoísta había sido...

Así que, en respuesta, sólo la levantó con más fuerza y la instó a mirarlo fijamente a los ojos.

—Nunca vuelvas a arrodillarte ante nadie —dijo firme—. Vales mucho más que eso...

Ino pareció sorprenderse, quizás pensó que Gaara solo quería alejarlo de sus hijos, pero había estado equivocada. Asintió avergonzada limpiándose las lágrimas y luego vio cómo el pelirrojo sonreía suavemente, quizás tratando de darle consuelo.

Jeho divoké oči  -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora