třináct

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feliz dia del amor y la amistad, espero que disfruten de este día!

les quiero mucho y doy muchos corazones por todos lados, este es mi regalo para ustedes!

les quiero mucho y doy muchos corazones por todos lados, este es mi regalo para ustedes!

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—¿A dónde vas? —gritó Shino al ver como Sai se adelantaba y salía del avión sin decir nada.

—A ningún lado —respondió mientras sonreía, haciendo que Shino lo viera extraño.

—¡¡Espera!!

La gente a su alrededor lo miró mal por perturbar el ambiente con gritos, y claro que no se apartaron cuando Shino trató de salir del avión para seguir los pasos de Sai, así que cuando por fin lo logró ni siquiera vio rastros del Alfa y eso le generó dudas.

¿Por qué se había ido así?

Sintió la pequeña mano de Kiba en la suya y supo que su responsabilidad ahora era poner a su Omega a salvo, vio como Sasuke venía detrás junto a Naruto.

Que su compañero estuviera actuando raro no quería decir que fuera malo, tampoco podía decírselo a Sasuke o Tsunade... aunque Shino lo hubiera estado presintiendo desde antes. ¿¡Qué disparates decía!? Por Dios estaba mal.

—¿Nos vamos?

—Quiero que Naruto descanse —demandó Sasuke pero tan pronto como dijo eso su celular sonó y tuvo que contestar al ver que era Tsunade.

—¿Qué quieres? —habló de mala gana.

—¡Trae a Naruto!

—Mierda —masculló—, pero... —dijo con fuerte voz.

—¡Y a mí qué me importa, inútil! —no le dejó terminar—. ¡Soy como su madre! ¡Tráemelo y ya!

Al diablo con "ir a su casa y descansar con el rubio entre sus brazos", ahora tenía que llevarlo a la casa de Tsunade para que su rubio pudiera verla.

Cortó la llamada con la promesa de que irían directo a su casa, tuvieron que despedirse de Shino y Kiba, aunque con el último fue más difícil ya que los Omegas no querían soltarse, cosa que Sasuke entendía perfectamente, estaban en un nuevo mundo donde la mayoría de cosas daban miedo, sabía que era un gran paso para ambos Omegas al estar ahí afuera y no en un mísero cuarto de ese zoológico.

Tuvo que tranquilizar a Naruto con su aroma al ver que casi rompe a llorar cuando Kiba estaba siendo arrastrado —con suavidad—, por Shino.

—Él estará bien bebé, tranquilo —Sasuke beso suavemente su mejilla y Naruto se dejó, sintiendo como su pecho se llenaba de calor al sentir el espeso aroma de su Alfa.

—¿Lo prometes? —dijo bajito.

—Oh sí, lo prometo —dijo con una sonrisa haciendo que Naruto se sonrojara.

Jeho divoké oči  -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora