17 | Desengaño.

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Damián's POV.

El sol que entra a través de las ranuras de la persiana me termina despertando a pesar de mi resistencia. No tengo ningunas ganas de abrir los ojos y descubrir que la he cagado hasta el fondo.

Pero menuda cagada.

Ante mí tengo indefensa a la persona más bella que he conocido en toda mi vida, tanto por dentro como por fuera. Es raro verla tan vulnerable y eso, saca una sonrisa a mi cara que en estos momentos se encuentra algo tensa. Las cosas no deberían estar ocurriendo así.

Dafne no debería gustarme ni mucho menos atraerme como lo está haciendo.

Llevo mis manos a la cabeza y tras masajearla durante un rato, me levanto y me ducho con agua fría. Necesito despejarme y de varias formas. Al salir, miro el reloj y con alivio descubro que son tan solo las cuatro. Me da tiempo de sobra para ir al gimnasio y pasarme por el loft de Luca. Él siempre sabe qué decir y qué aconsejarme cuando estoy perdido.

Me preparo para salir y antes de abandonar la habitación, me aseguro de bajar las persianas y dejarla bien tapada. Quizás tenga suerte y cuando regrese, siga dormida. Que yo sepa, hoy no tiene nada que hacer.

Atravieso medio edificio y paro en la lavandería dejando mi ropa sucia.

—Buenas tardes, Apolo. —Dice Luce mientras plancha unas cuantas prendas. Es admirable que alguien de su edad, trabaje y sepa tanto sobre el mantenimiento de toda la casa. Es muy joven para llevar semejante responsabilidad, aunque por lo que sé, no lo hace sola sino que su madre también le ayuda.

—Buenas tardes para ti también, Luce. —Respondo mientras vierto la ropa en la primera lavadora que encuentro libre. —¿Puedo pedirte algo?

Una sonrisa ilumina su cara y por un momento, me quedo admirando lo bonita que es. Mientras que Dafne es sensualidad en estado puro, esta chica es inocencia en su máximo esplendor.

«Para de comparar todo lo que ves con ella, idiota»

Ignoro a mi conciencia y me centro en la persona que tengo delante que me asiente con la cabeza. —Me gustaría que si ves a Dafne, le dijeras que he salido un momento a hacer una cosa pero no tardaré. Necesito decirle una cosa.

Parece que mi petición le choca un poco, pero al final termina aceptando. Frunzo el ceño intentando descubrir el porqué, aunque a lo largo de la tarde se me va olvidando.

———♠♠♠———


Introduzco la llave en la cerradura y la giro, notando como la puerta cede ante mi fuerza. El loft de Luca ha sido uno de los pocos sitios dónde me he podido sentir querido y sobretodo, ser yo mismo sin fingir delante de nadie. En eso, Dafne y yo nos parecemos mucho. Siempre andamos fingiendo delante de todos.

—Luca —grito mientras recorro el pasillo. —¿Estás en casa? Necesito contarte una cosa.

No he terminado de pronunciar la oración cuando una rubia de tetas enormes sale de su dormitorio con mi albornoz puesto. Luca sigue siendo el mismo idiota de siempre y por lo que veo, también sigue ofreciendo mis cosas.

—Wow, hermanito ¿A qué se debe esta visita? —una voz grave sale de la habitación y con una sonrisa, espero que termine de arreglarse. —¿No tenías otro momento para tener una charla conmigo? ¿Tenía que ser en mitad del polvo de la tarde?

Lo prohibido en la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora