Axel.
Observo con atención su rostro, es como una muñequita de porcelana. Paso los dedos por su mejilla suavemente. Esta dormida sobre mi pecho. Lo que pasó hace un rato fue maravilloso, se entregó a mí. No pensé que pasaría así pero ella es tan impredecible que nunca sé cómo va a reaccionar o que pasa por su mente. Me tomó por sorpresa que no me rechazara como la vez anterior por la razón de su trauma pero lo ha superado, lo ha superado conmigo. Ella es mía. Solo mía.
Pestañea pesadamente y luego clava sus hermosos ojos café oscuros en mí y sonríe.
-Hola –murmura.
-Hola -le devuelvo la sonrisa -. ¿Cuál es su nombre, señorita?
Suelta una risita y me deja un beso en mi hombro.
-Ahora sufres de amnesia ¿verdad?
-Nunca me olvidaría de su nombre señorita Laúz –beso su frente -. Vamos a la bañera.
Asiente suavemente, nos levantamos juntos y vamos hasta el baño.
Mientras camina observo su cuerpo, es perfecto. Abro el grifo de la bañera y el agua caliente hace presencia. Me siento en uno de los bordes y espero que se llene lo suficiente, siento curiosidad por saber...
-¿No te sentientes mal? –la miro cauteloso de lo que pueda decirme. Esta apoyada en el marco de la puerta, totalmente desnuda. Me encanta.
-Estoy divinamente –sonríe-. ¿Por qué me preguntas eso?
-Lo preguntaba por aquello que te sucedió tiempo atrás...
Se acerca a mí y se sienta sobre mis piernas.
-Todo está bien –me besa-. No me recordé nada de eso, me desconectas de la realidad y siento que esos fantasmas ya no me seguirán más.
Escuchar eso me llena de alivio. Cierro el grifo y la invito a que entre en la bañera.
-¿No entras conmigo? –frunce suavemente el ceño pero me regala una sonrisa divertida.
-No, yo voy bañarte –con un movimiento hago que se siente y veo como su gesto se relaja.
-Me encanta el agua caliente. Mmm...
-Ya veo –sonrío por su comentario.
Cojo un poco de jabón líquido de baño con mi fragancia favorita, froto un poco en mis manos hasta formar espuma y lo paso por su cuello, hombros, brazos y su cuerpo entero.
-Tus manos son suaves –me mira con ternura-. Y fuertes a la vez –añade.
- ¿Y eso está bien o mal? –continúo masajeando su cuerpo.
-Me gusta así... -gime otra vez, cierra los ojos y la sangre me recorre el cuerpo.
-¿Quieres repetir? –suelto de repente.
-¿Qué? –abre los ojos de golpe y suelta una carcajada.
-Hablo en serio –me río con ella.
-Sabes... me duele un poco allí abajo –señala con su dedo a su sexo.
-Entonces no quieres...
-Si quiero –ríe fuertemente. Me encanta verla así... tan divertida, no conocía ese lado de ella.
Tiro de su mano y hago que se ponga de pie al mismo tiempo que yo, la pego a mi cuerpo para que sienta mi erección y se sonroja.
-Tranquila –ladeo una sonrisa y ella asiente.
La levanto y la coloco sobre mis caderas. Me dirijo a la ducha con ella a horcajadas sobre mi abro la ducha y el agua fría empieza a resbalar por nuestros cuerpos.
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Solo mía
RomanceNunca habría imaginado que la rutina que había establecido en mi vida cambiaría en menos de lo que dura en pestañeo. Un pestañeo, solo eso un pestañeo fue lo que destapó un mar de secretos y de sentimientos que jamás había experimentado de forma tan...