Capítulo 48

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Axel.

Presiono con fuerza el acelerador y me importa una mierda cuantos semáforos en rojo estoy rebasando.

Nael no puede estar muriendo.

¿Kiara hizo esto? No puedo creerlo.

Siento mi corazón latir con mucha fuerza, sufriendo por la incertidumbre de no saber lo que está pasando.

Demoré un poco en llegar a casa de Nael porque necesitaba urgentemente arreglar las cosas con mi hermana, supuse que Nael no estaría lista en el tiempo que le di porque ella siempre ha sido impuntual. No pensé que por tratar de arreglar algo se descompusiera mi todo.

El chillido de las llantas de los autos al frenar para no chocar conmigo me hace pensar que me estoy poniendo en demasiado peligro pero no veo eso con claridad, necesito llegar pronto al hospital de siempre, ahí llevan la mayoría de las veces a las emergencias.

Llego al hospital y estaciono de mala manera mi coche, entro a sala de información y pregunto desesperado por ella.

-Están en sala de emergencias, puede quedarse mientras tanto en sala de espera. Le informaremos cualquier cosa ahí -dice amablemente la chica detrás de la ventanilla de vidrio.

-¡No puedo quedarme tranquilo ahí, como si nada! -digo exasperado-. Necesito verla, ella me necesita -se me quiebra la voz y soy consciente de que estoy llorando.

Nunca había llorado por una mujer. Nunca.

Siento que si ella no está bien, yo tampoco. Cómo es que ella me provoca todas estas emociones al mismo tiempo, parezco una mujer en menstruación.

He tenido una idea clavada en el corazón desde que hubo la posibilidad de que me convirtiera en padre gracias a ella.

He querido pedirle matrimonio. ¿Apresurado? Tal vez, pero eso es lo que quiero.

Quiero vivir con ella, quiero tocarla cuando me de la gana, quiero que sus sonrisas sean mías, la quiero completamente mía, solo mía.

El anillo de compromiso lo he comprado hace más de una semana, pero no encontraba el momento para hacerlo. No sé de cosas románticas. Siempre fui algo frío con las mujeres. Quería pedirle matrimonio esta noche después de cumplir con la invitación de John París.

Preparé el balcón de mi casa para pedírselo. Sería todo perfecto, velas, luna, brisa de mar y una tarta de manzana que yo mismo preparé para ella.

-Señor, cálmese, por favor. Por la integridad de todos los presentes necesito que vaya a esa sala. Cuando haya noticias de la señorita Laúz usted será el primero en saber -pide con mucha paciencia.

Volteo y veo a algunas personas observarme atentamente, susurran cosas pero no les hago caso, ni me importa.

Limpio mis lágrimas con los pulgares y voy hasta la sala de espera. Me siento apoyando los codos sobre mis rodillas y suspiro totalmente angustiado por la situación.

No me puedes hacer esto, Nael.

Quiero que seas mi mujer, pero primero quiero que estés bien.

Casi por reflejo toco el bolsillo derecho de mi pantalón, saca la cajita cubierta de terciopelo rojo y abro para observar el anillo de diamante que escogí para ella.

Paso mis dedos por el contorno y se siente como una promesa futura el que yo vaya a ser su marido.

Se abren las puertas de la sala y guardo rápidamente el anillo donde estaba. Veo a Alish acompañada de Thiago y se dirigen a mi con paso acelerado. Bajo la cabeza y trato de calmarme un poco.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora