Capítulo 36

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Nael.

-Últimamente se desmaya mucho -escucho la voz de mi madre-. Así también pasó el día que la encontré en la gasolinera -los parpados me pesan y trato de abrirlos.

Veo a mi madre de pie a mi lado mío y estoy sobre una camilla de hospital.

¿Qué me pasó?

-Necesito que despierte para poder hacerle los exámenes -escucho la voz de Zack.

Me incorporo sobre la cama y todos se percatan, hasta Axel que ha estado sentado en un sillón de la habitación.

-¿Cómo te sientes? -dice cuando llega hasta mi y toma mi rostro entre sus manos.

-Bien, supongo -digo con la voz un poco pastosa.

-Gracias a Dios que despertaste, hija -volteo la mirada y la veo sonreír un poco a mi madre, es como si estuviera triste.

-Axel ha hablado conmigo para que te realicemos exámenes -dice Zack desde una esquina-. No es normal que vomites y te desmayes a cada rato.

-Por mi está bien -digo mirando a todos de manera intercalada, primero mi madre luego a Zack y finalmente a Axel, que tiene una mirada de preocupación tremenda.

La verdad no creo que sea para tanto, seguramente estoy débil. Debo reconocer que no he estado alimentándome  bien y por eso me desmayé, puede que el vómito sea por algo que comí y me hizo mal...

-¿Me pueden permitir hablar con ella un momento? -pregunta Axel a mi lado.

Lo observo algo confundida. ¿Para qué?

-Iré a revisar diagnósticos -Zack se da la vuelta y sale de la habitación.

-Veré a tu padre, él no sabe que estás aquí y no le diré. No es recomendable que se altere. No te preocupes, mi niña -besa mi mejilla y sale de la habitación.

Cuando la puerta se cierra tras mi madre, Axel empieza a caminar de un lado a otro con las manos a sus costados. Parece desesperado, preocupado, atormentado ¿Qué le sucede?

-¿Puedes dejar de caminar de un lado para otro? Me desesperas -digo un poco irritada.

-No lo entiendes -sigue caminando.

-¿Qué cosa? -pregunto un poco intrigada.

Se detiene en un extremo de la habitación, justo frente a mi.

-Puedes estar embarazada, Nael -su cara parece un poema, pero no un poema cualquiera, un poema triste.

¡Qué! ¡Un bebé!

Me estremezco sobre la cama, es como si una corriente pasara muy rápido por mi cuerpo.

No puedo ser mamá. No ahora que voy a estudiar dentro de unos días. No ahora que recién empiezo una relación y que cada día se tiene que fortalecer más...

-No -susurro con el poco aliento que me han dejado sus palabras.

-No hemos usado protección -se acerca a mi y se sienta sobre la cama a mi lado-. Cuando digo que me pones mucho, es en serio. Se me ha olvidado utilizar preservativo y yo... -su voz tiembla un poco que apenas lo percibo-. Yo no estoy listo para ser padre, Nael.

¿Cómo pude olvidar usar protección? Que despistada.

Mareos y vómitos son síntomas de embarazo.

-Yo no puedo estar embarazada... -coloco mis manos sobre mi boca y niego lentamente.

Después de unos minutos parece serenarse y toma otra actitud.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora