Capítulo 39

11.2K 550 28
                                        

Nael.

Simplemente no puedo. No puedo contener mi risa y Axel cada vez se ve más temeroso de que nos encuentren.

Mi padre sigue gritando mi nombre pero parece que aún no ha visto mi ropa interior... Eso espero.

-Haz silencio, por favor. No te rías que me estoy muriendo de los nervios -susurra y me recrimina con la mirada.

Trato de calmarme y respiro profundo.

-Tranquilo, podemos subir por allá -señalo una escalera que está un poco lejos de nosotros pero que dan al segundo piso.

-Vamos rápido antes de que nos encuentre -toma mi mano y vamos hasta la escalera siendo lo más silencio posible con cada paso, subimos hasta llegar a la segundo piso.

Intento abrir la puerta en la que termina la escalera pero esta cerrada por dentro y mis llaves están en mi cuarto.

Joder.

-Está cerrada -me lamento.

-No, no, no, no, no. No me digas eso, cariño -dice desesperado.

La voz de mi padre se hace cada vez más cercana.

Ahora no me da tanta risa esta situación.

-Voy a bajar -suelto de repente.

-¿Qué? No... nos van a descubrir.

-Tú solo quédate aquí y espérame, no demoro -tomo su rostro y beso rápidamente sus labios.

Bajo y apenas toco el piso me coloco mis zapatos y trato de acomodar mi cabello. Camino hasta ver a mi padre y lo encuentro mirando por todos lados.

-Hasta que apareciste -se acerca y me queda mirando-. ¿Dónde estabas?

-Estaba hablando con una amiga por teléfono -trato de ser lo más seria posible-. ¿Para qué me buscabas?

-Pensé que estabas con el renacuajo. Hace rato salió pero no sé a donde -aún me examina con la mirada y temo que no sea creíble mi mentira.

-Creí que seguía hablando con ustedes, yo he estado todo el tiempo acá afuera. Seguramente le surgió algo y se fue -me encojo de hombros.

-A las diez de la noche -entrecierra sus ojos.

-Nunca se sabe -digo sin más-. Le voy a marcar, estoy muy cansada y creó que iré a dormir ahora -beso su mejilla-. Hasta mañana papá y me alegro que estés de nuevo en casa -lo abrazo fuerte y me retiro sin darle opción a que me responda mi arranque de ternura.

Camino observando el piso mientras mi padre me observa desde atrás, veo mi interior en el césped, que bueno que es negro. Lanzo disimuladamente mi teléfono por donde esta mi interior y me inclino para recogerlos al mismo tiempo.

No se dio cuenta. ¡Uf!   

Cuando paso por el salón me despido de todos con la mano alegando que estoy muy cansada y me retiro. Subo de prisa las escaleras y voy hasta mi cuarto. Tiro lo que llevo en la mano sobre la cama pero se cae mi interior, poco me importa ahora.Busco las llaves en mi cartera pero no las encuentro. Unos golpes en la puerta llaman mi atención y entonces entra mi madre en la habitación.

-¿Se puede? -pregunta.

-Ya estás adentro -me siento en la cama, trato de serenarme y con el pie de manera disimulada escondo mi interior debajo de la cama.

Aguarda, Axel.

Con una sonrisa hermosa en su rostro mi madre se acerca y toma asiento junto a mi en la cama.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora