Capítulo 60

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Axel.

Después de casarnos por civil, le pedí a Nael que se mudara conmigo a mi departamento y aceptó de lo más emocionada.

Con el pasar de los meses logró graduarse en la Universidad y apenas se notaba el embarazo a diferencia de ahora que su vientre parece estallar. Se encuentra en la semana treinta y ocho de gestación y estoy muy nervioso.

No sé si logre ser buen padre, casi no he tenido experiencias con bebés pero espero darle lo mejor de mí a esa pequeña criatura.

-Tengo miedo -confieso al fin a mi esposa.

Nael sonríe enternecida, acostada sobre el sofá de mi departamento con una camisa mía que le queda enorme.

-Serás buen padre, Axel -me consuela acariciando mi cabello.

Estoy sentado en el frío piso y eso es lo que más nervioso me ha puesto en estos últimos días.

-¿Y si no puedo hacer bien al criarlo o criarla? 

-Los dos vamos a hacer que esto funcione si o si. No estás solo y justamente en este momento me está haciendo gracia esta situación -se ríe.

-Eres cruel -suspiro-. ¿Cómo puedes reírte de mi en este momento?

-No eres tú y no me estoy riendo -se pone seria-. Él o la bebé me estaba pateando fuerte y me estaba quejando, no riendo.

-¿Se está moviendo mucho? -pregunto esperanzado.

Cuando sé llegar cansado del trabajo me gusta hablarle y empieza a moverse de una forma increíble, Nael se queja un poco por el dolor pero nos gusta pasar el tiempo así.

-Sí -ahora parece sonreír.

-¿Estás sonriendo o es uns mueca? -digo confundido.

-Estoy sonriendo -me lanza un cojín y yo lo esquivo-. ¿Quieres que prepare algo de cenar?

-Sí, por favor. Iré a la habitación por la laptop para poner una película ¿vale?

Acepta asintiendo, me levanto y la ayudo a levantarse. Voy hasta nuestra habitación y me percato que he dejado descuidado un plano muy importante sobre la cama.

Lo tomo rápidamente y lo escondo debajo de la cama. Mañana lo llevaré a la oficina y no lo sacaré de ahí.

Es un plano en el que he estado trabajando por algunos meses y es una sorpresa para mi esposa.

Es nuestra propia casa a las afueras de la ciudad, he pensado en todo cada uno de lo detalles que quiero en nuestro hogar y le he preguntado a Nael de manera discreta como le gustaría que fuese el lugar donde ella quisiera vivir para siempre.

Nael es una mujer sencilla y me ha asegurado que lo único que ella quiere en un hogar es paz y esa es justamente la razón por la que decidí hacer nuestra casa fuera de la ciudad.

El plano tiene todas las sorpresas a la vista y no me conviene que lo vea. La casa ya está en un cincuenta por ciento y el resto la terminarán de construir en unos meses.

Tomo la laptop de mi cama y salgo de la habitación para empezar a caminar por el pasillo.

-Sugiero que veamos una película de comedia -comento mientras camino.

Llego hasta el sillón y coloco la computadora sobre una mesilla.

-Será algo divertido para nosotros -vuelvo a comentar y no obtengo respuesta de Nael.

-¿Nael? -volteo a verla al no escuchar ninguna palabra saliendo de su boca.

Está ahí cerca de la nevera y entre sus manos sostiene unos pimientos rojos. Su boca está ligeramente abierta y su mirada clavada en la mía. Parece una piedra.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora