Axel.
Después de casarnos por civil, le pedí a Nael que se mudara conmigo a mi departamento y aceptó de lo más emocionada.
Con el pasar de los meses logró graduarse en la Universidad y apenas se notaba el embarazo a diferencia de ahora que su vientre parece estallar. Se encuentra en la semana treinta y ocho de gestación y estoy muy nervioso.
No sé si logre ser buen padre, casi no he tenido experiencias con bebés pero espero darle lo mejor de mí a esa pequeña criatura.
-Tengo miedo -confieso al fin a mi esposa.
Nael sonríe enternecida, acostada sobre el sofá de mi departamento con una camisa mía que le queda enorme.
-Serás buen padre, Axel -me consuela acariciando mi cabello.
Estoy sentado en el frío piso y eso es lo que más nervioso me ha puesto en estos últimos días.
-¿Y si no puedo hacer bien al criarlo o criarla?
-Los dos vamos a hacer que esto funcione si o si. No estás solo y justamente en este momento me está haciendo gracia esta situación -se ríe.
-Eres cruel -suspiro-. ¿Cómo puedes reírte de mi en este momento?
-No eres tú y no me estoy riendo -se pone seria-. Él o la bebé me estaba pateando fuerte y me estaba quejando, no riendo.
-¿Se está moviendo mucho? -pregunto esperanzado.
Cuando sé llegar cansado del trabajo me gusta hablarle y empieza a moverse de una forma increíble, Nael se queja un poco por el dolor pero nos gusta pasar el tiempo así.
-Sí -ahora parece sonreír.
-¿Estás sonriendo o es uns mueca? -digo confundido.
-Estoy sonriendo -me lanza un cojín y yo lo esquivo-. ¿Quieres que prepare algo de cenar?
-Sí, por favor. Iré a la habitación por la laptop para poner una película ¿vale?
Acepta asintiendo, me levanto y la ayudo a levantarse. Voy hasta nuestra habitación y me percato que he dejado descuidado un plano muy importante sobre la cama.
Lo tomo rápidamente y lo escondo debajo de la cama. Mañana lo llevaré a la oficina y no lo sacaré de ahí.
Es un plano en el que he estado trabajando por algunos meses y es una sorpresa para mi esposa.
Es nuestra propia casa a las afueras de la ciudad, he pensado en todo cada uno de lo detalles que quiero en nuestro hogar y le he preguntado a Nael de manera discreta como le gustaría que fuese el lugar donde ella quisiera vivir para siempre.
Nael es una mujer sencilla y me ha asegurado que lo único que ella quiere en un hogar es paz y esa es justamente la razón por la que decidí hacer nuestra casa fuera de la ciudad.
El plano tiene todas las sorpresas a la vista y no me conviene que lo vea. La casa ya está en un cincuenta por ciento y el resto la terminarán de construir en unos meses.
Tomo la laptop de mi cama y salgo de la habitación para empezar a caminar por el pasillo.
-Sugiero que veamos una película de comedia -comento mientras camino.
Llego hasta el sillón y coloco la computadora sobre una mesilla.
-Será algo divertido para nosotros -vuelvo a comentar y no obtengo respuesta de Nael.
-¿Nael? -volteo a verla al no escuchar ninguna palabra saliendo de su boca.
Está ahí cerca de la nevera y entre sus manos sostiene unos pimientos rojos. Su boca está ligeramente abierta y su mirada clavada en la mía. Parece una piedra.
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Solo mía
RomanceNunca habría imaginado que la rutina que había establecido en mi vida cambiaría en menos de lo que dura en pestañeo. Un pestañeo, solo eso un pestañeo fue lo que destapó un mar de secretos y de sentimientos que jamás había experimentado de forma tan...