Capítulo 6

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Axel.

Estaba esperando en una mesa dentro del restauran ubicada cerca del escenario. Me vestí usando unos vaqueros, una camiseta blanca y una chaqueta color café cenizo. Desde hace 20 minutos había llegado. Ya me estaba empezando a desesperar.
Estaba nervioso, esa mujer estaba volviéndome loco, en la mañana casi me rechaza, mi ego y yo nos sentíamos muy dolidos. De alguna manera me gustaba que se porte así, es algo nuevo para mí. Prácticamente las mujeres me buscan desesperadas, pero ella por último creo que me odia. ¿Cómo puede ser posible?.
Aparté todos los pensamientos que me estaban distrayendo cuando vi entrar a Nael por la puerta, no podía creer lo hermosa que se veía con ese vestido, su delgada figura era sensacional, ese escote le lucía y no pude evitar ver sus pechos, son tan firmes. Su cabello venía atado en una coleta alta y sus labios de rojo. Esta mujer es simplemente bella.

Me puse de pie rápidamente y levanté la mano para que me viera. Cuando lo hizo gestó una mueca con sus perfectos labios carmesí y caminó hasta mí, moviendo esas caderas de una manera elegante.

-Lorenn -me extendió la mano.

-Laúz -tomé su mano y deposité un beso en su dorso.

-Que caballero -dijo levantando la ceja izquierda.

-Punto a mi favor -dije rodeándola para abrir su silla-. Tome asiento, señorita.

-Gracias -se sentó y cerré un poco la silla.

-De nada. Esto es sólo una parte de mi -dije sentándome y mostrándole una sonrisa.

-Supongo que la otra parte es esa que he estado viendo -me miró curiosa-. O ¿me equivoco?- dijo entrelazando sus dedos encima de la mesa.

-¡Oh vamos! -me reí-. Quiero tener una buena relación contigo pero me la estas poniendo muy difícil, criaturita.

-Simplemente digo lo que veo -puso su dedo índice en su labio de forma pensativa y luego lo alzó-. ¡Ah! Y no me digas criaturita.

Un camarero se acercó, sirvió vino tinto en nuestras copas y nos extendió la carta del menú.

-Lo siento, será mejor que pidamos -cogí la carta.

-Opino igual -imitó mi acción.

Luego de pedir la comida y cenar en un incómodo silencio, decidí  hablar.

-¿Que tal la cena?

-Increíble, me encantó -dijo limpiando sus labios por el borde con la servilleta de tela.

-Me alegro que te haya gustado -dije sincero.

-Yo también me alegro, sino esto hubiese sido peor -dijo mirándome con una sonrisa de lado.

-Otro golpe bajo -alzé una ceja.

-Seguirán llegando más golpes mi estimado, Axel -mi nombre se veía muy sexy en sus labios.

-Háblame de ti, ¿A qué te dedicas?.

Me miró curiosa y luego habló.

-Como ya sabrás mi padre está en coma -bajó su mirada-. Entonces yo estoy asumiendo su puesto en la compañía.

-Lo siento mucho -dije sincero-. Marcos y Adela me lo habían comunicado, yo hablé con Josh hace tres semanas por lo del contrato, pero no sabía que tenía un hija.

-Gracias -me miró triste-. Lo voy a visitar todos los días, le echo de menos.

Algo en mi ser se movió cuando vi esa mirada triste y no la soporto. No quiero ver a esa mujer otra vez con esa mirada llena de dolor, prefiero que me esté mirando de una manera asesina.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora