Nael.Los días pasan rápido y ya estamos miércoles. Hace unos días llegó Alish y Milliam. Se supone que debería estar muy feliz porque al fin esta de vuelta mi amiga, pero no la he visto, ni siquiera he hablado con ella y aparte mi madre está conmigo, viva... pero no. Estoy aquí, sentada sobre mi cama, a las dos de la madrugada, con una tarta de manzana entre mis piernas y llorando como una magdalena.
¿Cómo es posible que la vida cambien en cuestión de segundos?...
En un abrir y cerrar de ojos. No lo sé.
Mi madre está dormida en su cuarto, después de haberle insistido algunos días para que durmiera en el. Ya que había preferido quedarse en el hospital junto a mi padre.
La llevé a unos psicólogos para que hablaran con ella, porque hasta el momento no me ha querido decir nada sobre su momento fantasma, lo único que me responde cuando le pregunto sobre eso, es que, habrá tiempo para aclarar las cosas después. Por mi parte no la juzgo, yo confío en ella. Pero no puedo evitar sentir felicidad y dolor al mismo tiempo.
Son cinco años... cinco años en los cuales necesité de ella. La pregunta es... ¿Dónde había estado todo este tiempo?
Mi otro tormento es Axel.
Es decir, me ha llamado y he sentido la gran debilidad de contestarle, pero no lo he hecho. Se lo merece por idiota. Él cree que todo se soluciona fácil y que nada importa como se siente la otra persona. Sinceramente, pensé que esto podía funcionar pero así no se puede. Aunque no estoy dispuesta a dar mi brazo a torcer... Lo extraño...
Son tantas sentimientos en un solo cuerpo que me resulta imposible no ponerme a llorar.
Dejo el plato sobre la mesita que está al lado de mi cama y me hago un ovillo debajo de las sábanas. Las lágrimas se escapan de mis ojos sin permiso y yo no puedo hacer nada para detenerlas.
¿Por qué mi vida está rodeada de desgracias? ¿Qué he hecho para merecerlas?
Sorbo mi nariz y pongo mis manos sobre mis ojos para tratar de tranquilizar mi angustia, pero no puedo. Solo me permito llorar en silencio.
Escucho unos ruidos y rápidamente mi cuerpo se tensa y trato de calmar mis emociones. Siento el colchón hundirse a mi lado y la sabana abrirse, pienso que puede ser mamá.
Saco las manos de mis ojos y la tenue luz de la luna que baña mi cuarto me permite ver a mi tormento personificado.
Coloca una de su manos sobre mi mejilla y la acaricia. Estamos frente a frente en mi cama...
-¿Por que viniste? -digo en un susurro apenas audible.
-Porque siempre busco lo que me hace bien -dice y yo no puedo contenerme más.
Lloro.
Lloro de dolor por lo que ha sucedido, de rabia por hacerme sentir pequeña a su lado, de felicidad de que haya vuelto porque en realidad lo había echado mucho de menos, de impotencia porque detesto verme tan débil frente a él.
Seca mis lágrimas con su pulgar y pone uno de sus dedos en mi boca silenciandome.
-No llores -susurra.
La poca luminosidad no me permite ver sus ojos como a mi me gusta.
-No eres nadie para pedirme eso -suelto con todo el veneno posible en mi voz y le doy la espalda.
-Necesito arreglar las cosas contigo, Nael -coloca una de sus manos sobre mi cintura y me atrae hacia él.
Se lo permito.

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Solo mía
RomanceNunca habría imaginado que la rutina que había establecido en mi vida cambiaría en menos de lo que dura en pestañeo. Un pestañeo, solo eso un pestañeo fue lo que destapó un mar de secretos y de sentimientos que jamás había experimentado de forma tan...