Nael.Termino de secarme el cabello y voy hasta mi cama, me acuesto sobre él, apoyando mi cabeza en su pecho y mis dedos acariciando su cabello.
Estamos desnudos en cuerpo y alma. Estoy segura de que no tenemos secretos, ni yo a él, ni él a mi. Cierro los ojos e inhalo su aroma, ese que tanto me enamora y me embriaga.
-No sé qué hice para merecerte -su respiración agitada choca en mi cuello y besa mi hombro-. Pero tuvo que ser algo realmente asombroso.
Después de lo que acabamos de hacer mis energías están por los suelos y solo quiero dormir.
-Estoy tan enamorado de ti que me cuesta pensar con claridad cuando estas cerca. Yo nunca creí estar tan comprometido con alguien hasta que te conocí. Me encantas -besa mi cabello y mi corazón se ha acelerado al escuchar sus palabras-. Me encanta todo de ti, Laúz. Puedes ser inocente y pervertida, sol y luna, agua y fuego -suspira-. Estás cambiando mis prioridades...
-Este es un intento de poeta -sonrío.
-Tu eres poesía, amor -me estrecha más con sus brazos y ejerce presión sobre mi.
-Me estas asfixiando -digo con voz ahogada y me suelta un poco.
-Me sorprendiste con esa lencería -pellizca mi trasero y luego me da una fuerte nalgada.
La idea era mía pero quien me ayudó a escoger la lencería fue Milliam. Cuando me encontré con ella y su madre fuimos por un café las tres y la pasamos muy bien, son demasiado optimistas ambas, luego fuimos al supermercado a comprar cosas para la cena y todo quedó perfecto gracias a la señora Jessy. Mi suegra tiene una deliciosa sazón ahora entiendo por qué sus hijos son tan buenos cocineros. Milliam ayer preparó un sándwich de fruta delicioso...
-Te sorprendería todo lo que soy capaz de hacer para sorprenderte -acaricio sus labios con los míos y empiezo a intensificar el beso mientras acaricio su pecho.
-Detente -susurra en mi boca.
Levanto la mirada y busco sus ojos.
-¿Qué sucede? -frunzo el ceño.
-Si me sigues besando de esa manera en la que siempre lo haces, voy a querer hacerte mía otra vez y supongo que estás cansada -besa mi frente.
Tiene razón, pero el sueño se me ha quitado y en este momento eso es lo que me apetece.
-No estoy cansada -afirmo mi cabeza en su pecho y con mis dedos empiezo a caminar por su pecho.
-¿Segura?
-Si -levanto la mirada-. ¿Tú estas cansado?
-Me he corrido tres veces contigo esta madrugada...
-Una más -le interrumpo.
Carcajea y niega con la cabeza. Se ve tan apuesto así que no me quiero despegar de él ni una milésima de segundo. Besos sus labios otra vez y luego acaricio su cuello con mi boca. Puedo sentir como su piel se eriza y como alguien allí abajo empieza a despertar.
-¿Qué voy a hacer contigo? -en un movimiento rápido me acorrala entre su cuerpo y la cama, empieza a devorar mi cuello con sus ágiles labios y me derrito en sus brazos cuando empieza a descender hasta llegar al sur.
Sus labios están allí y yo solo disfruto de cada una de sus caricias, acaricia suavemente mis muslos y luego sube sus manos hacia mis pechos.
¡Madre mía!
Empiezo a sentir como el orgasmo viene a mi y creo que me voy a venir más rápido de lo que pensaba.
Cierro los ojos, lista para perderme en el placer pero entonces Axel se detiene, cuando voy a abrir los ojos una fuerte embestida me sorprende, se coloca sobre mi y gruñe cuando toma una de mis pechos con su boca. Me corro en seguida mientas Axel sigue, al tiempo me alcanza y se corre también.
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Solo mía
Roman d'amourNunca habría imaginado que la rutina que había establecido en mi vida cambiaría en menos de lo que dura en pestañeo. Un pestañeo, solo eso un pestañeo fue lo que destapó un mar de secretos y de sentimientos que jamás había experimentado de forma tan...