Capítulo 26

14.7K 679 15
                                        

Nael.

Salgo de mi habitación sin hacer ruido para que mi mamá no se despierte, según ella quiere estar guapa para mi padre. Se ha cortado el cabello y se la ve muy bien. A pesar del tiempo que ha pasado no ha perdido sus costumbres...

Camino descalza y en puntitas por las escaleras y llego hasta la puerta principal. Afuera hace demasiado frío y de inmediato paso mis manos por mis brazos de arriba hacia abajo para tratar de darme calor. No veo a nadie, solo está el coche de Axel.

-¿Hola? -digo dudosa, esta situación me da un poco de miedo-. ¿Axel?

Alguien me intercepta por la espalda, un brazo me sujeta por la cintura y el otro me tapa la boca al intentar yo gritar por el susto. El cuerpo del sujeto esta pegado pegado al mío, y es un cuerpo bien conocido por mi.

-Hola, preciosa -su voz invade mis oídos y mis terminaciones nerviosas tiemblan.

Me descubre la boca y me voltea para que lo pueda ver. Sonríe y yo lo imito a la vez que estampo una bofetada en su rostro.

-Idiota, me hiciste asustar -ahora frunzo el ceño y cruzo los brazos.

Se toca la zona afectada y me mira con una sonrisa. ¿Pero que se ha creído? Acaso cree que puede venir y asustarme como le da la real gana.

-Supongo que un hola, mi amor, me hubiera gustado más -alza una ceja y suspira mientras yo lo sigo fulminando con la mirada-. Vale, lo siento.

Me abraza y deja un beso en mi frente, el corazón se me ablanda un poquito por su gesto y también lo abrazo. Que rico huele...

-¿A qué has venido? -pregunto con los ojos cerrados mientras respiro su aroma.

Me separa un poco de él y sin darme cuenta me levanta del piso y estoy colgando de su hombro. Un gritito se escapa de mi y empiezo a reír como una loca. Empieza a caminar y mi corto cabello tambalea de un lado al otro.

-¿Qué estas haciendo, pedazo de capullo? -digo entre risas.

Nos detenemos y escucho como abre la puerta de su auto, me coloca dentro y me abrocha el cinturón de seguridad. Atrae mi rostro con una de sus manos y hace que nuestros ojos hagan contacto.

-¿Te has dado cuenta que hasta aquí no me has dicho ninguna palabra de cariño? Me refiero a que siempre te diriges a mi como idiota, capullo, bestia, imbécil, etc... -me besa rápidamente, haciéndome desear más-. ¿Me puedes dar un poco mas de amor? -sonríe.

En efecto tiene razón. Solo lo llamo por su nombre o algún insulto bonito que se me ocurra. Eso no significa que no lo quiero, al contrario significa que me encanta.

-¿Más amor del que te doy? -digo como si fuera una niña pequeña intimidada, un poco dudosa tal vez.

-Me conformo con que pares con los insultos -agarra mi nariz con sus dedos y luego presiona la punta. Auh.

-Entonces no podemos seguir con esta relación -su semblante se pone tenso y creo que me he pasado un poco con las palabras. Doy una palmada en su pecho y sonrío-. Es una broma, tonto. No te dejaría por eso. Es solo que no controlo esa situación.

-No me vuelvas a decir eso. Me he asustado -sus ojos traspasan los míos y me arrepiento de ser tan cruel-. Prefiero que me sigas llamando así... con groserías.

Wow... de repente pienso que esto se nos esta saliendo de las manos. Apenas estamos comenzando y me parece que llevamos las cosas al límite. Es muy... Intenso.

-¿A donde vamos? -pregunto para cambiar de tema.

-Es una sorpresa -sonríe. Uff menos mal que ya se le pasó.

Solo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora