Capítulo 37: Entendiendo lo que siento (1/1)

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Después de dos horas y media de espera, la puerta de la cabaña de Kagome e Inuyasha se abrió, dejando paso a una silueta joven. La sombra entró en la estancia sin esperar encontrarse todavía a nadie, cuando de repente vio a la hermosa Rin, que se había quedado dormida junto a la ventana.

- Rin... Rin... – llamó la voz suavemente – Rin, despierta.

- ¿Eh? ¿Qué ocurre? – se sobresaltó la muchacha, asustada.

- No, tranquila. No ocurre nada.

- ¿Yuki? ¿Pero qué haces tú aquí?

La joven rubia se sonrojó en el acto y escondió las manos en la espalda.

- Lo mismo podría preguntarte yo – dijo en un tono asustado, más que inquisidor.

- Pues yo... - Rin se daba cuenta de que se habían pillado mutuamente – He venido a ver a Shippo – acabó confesando.

- Yo también.

Las dos jóvenes se miraron un instante sin saber cómo actuar. Finalmente, Rin rompió el silencio.

- Llevo mucho rato esperándolo, pero aún no ha regresado. No creo que tarde mucho más ya – le contó - ¿Para qué querías verle?

Los ojos de Yuki se ensombrecieron de repente. Miró al suelo, entristecida, y recordó algo que había visto hacía tan solo unos días en el bosque. Cogió una silla y se sentó junto a la morena.

- Rin, ¿podemos hablar?

La joven asintió, preocupada ante el semblante serio de la chica rubia. ¿Qué sería eso que la preocupaba hasta tal punto como para venir a ver a Shippo a su casa?

- ¿Qué ocurre, Yuki?

La chica seguía mirando el suelo, seria. Estaba temblorosa, tal vez incluso asustada.

- El otro día... – empezó la joven, vacilante – El otro día salí al bosque para dar una vuelta. Cuando caminaba vi a Shippo entre los árboles y quise saludarlo, pero él camina muy rápido.

Rin asintió. Empezaba a sospechar de qué día estaban hablando.

- Empecé a seguirlo hasta darle alcance, pero entonces entró en un claro y empezó a hablar con alguien.

Rin tragó saliva. Sabía perfectamente con quién había estado hablando aquella tarde.

- Me asomé para ver quién era. Sé que no estuvo bien, lo siento por eso, pero lo hice. Shippo hablaba contigo sobre el demonio que te visita a veces. Oí que lo amas.

Rin se ruborizó. Se suponía que era un secreto, un secreto que sólo conocían Megumi y Shippo. Sin embargo, ahora...

- ¿Hasta cuándo te quedaste observando?

- Lo suficiente – sentenció ella – También vi el beso.

La morena se quedó sin aliento. Yuki había visto ese beso prohibido entre ella y su mejor amigo. ¡Nada menos que Yuki!, la pequeña amiga de Shippo. ¿Cómo se habría tomado la noticia? ¿Qué habría sentido en ese momento al verlos juntos? ¿Sabría Shippo que Yuki los había visto?

Rin agachó la cabeza avergonzada, casi sin atreverse a mirar a la rubia a los ojos, y entonces vio el papel que antes Yuki se había escondido tras la espalda. Ahora estaba en su mano, arrugado y manoseado por los nervios. Rin comprendió qué había en el papel.

- Venías a decírselo a Shippo, ¿verdad? – dijo señalando la nota – Venías a decirle que nos habías visto.

Al principio, Rin se enfureció, porque aquella chica no era nadie para meterse en asuntos ajenos, pero luego se dio cuenta de que sí tenía derecho a meterse, pues Shippo la había estado cortejando y, si ella había empezado a sentir algo por él, la visión de ese beso la habría destrozado.

Rin no pudo soportarlo más y la abrazó con ternura, acariciándole el cabello rubio oro con suavidad. Yuki se abrazó a la morena y siguió sollozando, con el corazón dolorido.

- Ibas a decirle que le quieres – sentenció Rin.

La rubia asintió, descorazonada.

- Pero no sé cómo decírselo. Ni siquiera sé si le va a importar lo que le diga.

Rin se sintió fatal por todo lo que estaba ocurriendo, y no pudo evitar sentirse culpable del dolor de la muchacha que lloraba entre sus brazos. Se dio cuenta, además, de lo buena chica que era, pues ni siquiera pretendía decirle a Shippo que ella sabía la verdad. Tan sólo venía a hablarle de sus sentimientos, de su corazón.

- Yuki, deberías saber algo – Rin habló despacio, asegurándose de que la chica la entendiera – Shippo y yo no nos amamos.

- ¿Ah, no?

La joven Yuki levantó el rostro mojado, incrédula.

- Pero... – balbuceó – Yo vi cómo te besaba. Yo... lo vi.

- Sí, bueno. Te confieso que hasta hace poco yo tampoco estaba muy segura de qué había significado eso para ambos, pero ahora lo sé – miró a la joven comprensiva y le sonrió dulcemente – La amistad entre dos chicos o dos chicas es muy frecuente, pero no lo es tanto entre un chico y una chica. Es mi mejor amigo y lo ha sido siempre desde que tengo uso de razón, y siempre lo había considerado casi como un hermano. Tal vez es eso lo que nos ha causado todo este lío. Hemos confundido una enorme amistad con un amor. Tal vez si hubiéramos sido hermanos de verdad, nada de esto habría pasado y tú y yo no estaríamos hablando aquí ahora. Pero al no serlo, bueno, estos sentimientos que tenemos el uno por el otro nos han trastocado.

Yuki escuchaba con interés y asentía, intentando comprender qué era lo que aquella adorable chica le estaba diciendo acerca de su amigo.

- Yo creía que esa amistad se había vuelto amor entre nosotros, pero me equivoqué, y ahora lo entiendo. Te miro y sé que lo que hay entre tú y Shippo es algo tan grande que sobrepasa cualquier sentimiento. Lo que hay entre vosotros es una atracción muy fuerte. Y lo sé porque es lo mismo que yo siento cuando miro al señor Sesshomaru, lo sé porque le miro a él y entiendo que es el amor de mi vida, que lo necesito tanto como el aire para respirar, que sin él no soy nada, no tengo ilusiones, ni fuerzas, ni valor. Que mi fuerza surge de mi alma cuando hago algo para poder estar con él y si no es ese mi objetivo, no tengo fuerzas, ni ganas. Por eso, y por otras muchas razones sé que lo que hay entre Shippo y tú es verdadero. No es por lo que me has dicho, Yuki, es porque miro tus ojos y lo veo.

Yuki se quedó fascinada ante las palabras de la chica. La miró a los ojos, ahora brillantes, esperanzada por la confesión que acababa de hacerle su amiga Rin. Sí, su amiga. Ahora la consideraba como tal. La miraba también intensamente, entendiendo que lo que había dicho era cierto, que cada palabra que había salido por su boca era verdadera, y entonces, también lo supo. Yuki supo que Shippo y ella tenían una oportunidad.

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Sentimientos por Shippo aclarados. Ahora sólo falta ver qué pasará con Kohaku y si Sesshomaru volverá a la aldea antes de que se celebre la boda. ¡Esperemos que llegue a tiempo! Subo los miércoles y jueves, ya sabéis. Kisses xxx

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora