Sesshomaru se sentó en el suelo húmedo de la gruta. Le faltaba el aliento y le dolían las heridas causadas por las flechas que le habían lanzado las mujeres espíritu. Si esa batalla se hubiera librado fuera de la cueva, no habría sufrido ni un solo rasguño y, en el caso de que sí hubiera sido alcanzado, sus heridas hubieran sanado en menos de una hora. Pero en ese lugar todo era distinto. Estaba pensado para debilitar a los demonios que se atrevieran a entrar hasta la muerte. Sesshomaru lo comprendió enseguida. Sus heridas no sanarían. Al menos, no hasta que saliera de la cueva.
Deslizó su mano por el kimono y se arrancó un trozo, dejando al descubierto parte de su torso desnudo. Observó el lugar donde le había alcanzado la flecha de la última atacante. El orificio estaba morado y le salía un desagradable humo burbujeante: había sido envenenado.
Se arrancó la flecha y la lanzó lejos, enfurecido, y se preguntó por qué hacía todo eso.
Flash back
Jaken caminaba deprisa junto al señor Sesshomaru, tirando de las riendas de A-Un, que se distraía con facilidad.
- Señor Sesshomaru – llamó.
El demonio no respondió.
- He estado pensando en el hechizo que lanzó la princesa Kagura antes de morir.
El demonio de la luna seguía sin contestar. Tan sólo caminaba, a su propio paso, como siempre. Sin embargo, sí estaba escuchando a su pequeño siervo.
- Verá, señor, creo que se ha cumplido ya la profecía.
- ¿Sí? – preguntó el demonio, indiferente – Has tardado bastante en averiguarlo, ¿no crees?
- ¿Qué? – Jaken se sorprendió – ¿No me diga que usted ya lo sabía? – se golpeó la cabeza con su bastón de madera – ¡Claro! ¡Qué tonto soy! Perdóneme. Por supuesto que usted ya lo sabía. Si Jaken es capaz de averiguarlo, usted seguro que ya lo sabía.
- ¡Jaken!
- ¿Sí, amo?
- Di lo que querías decir o cállate.
- Sí, señor – asintió el diminuto demonio – La princesa dijo: "Algún día, dentro de muchas vidas, una joven de mi mismo nombre morirá a manos de un descendiente del hombre que me ha traicionado, habiéndole también robado a ella su corazón. Huirá, casi muerta, hasta encontrarse con el hombre al que verdaderamente debería haber amado. Ella no podrá salvarse, pero el lugar donde muera se convertirá en la salvación para la mujer al que el hombre bueno querrá salvar, aún a costa de su vida. Sangre de mi sangre sufrirá, pero al salvar a la pretendiente, el mal causado se revertirá"
- ¿Y bien? – preguntó Sesshomaru – Eso ya lo sabía.
- Lo sé, señor, pero piense en Kagura. No me refiero a la princesa, sino a la extensión de Naraku. Ella murió en unas circunstancias similares a las del relato. Se llamaba igual que la princesa, han pasado muchos años desde la historia de la primera Kagura y fue traicionada por Naraku, que la dejó casi muerta. Y eso de robarle el corazón... Puede que en este caso no se refiera al amor, sino a un acto literal. Naraku conservaba el corazón de Kagura en un tarro, hasta que se lo devolvió para matarla. Luego ella vino a morir a un campo de flores, donde usted la encontró... Tal vez Naraku fuera descendiente del que traicionó a la princesa, y tal vez Kagura estuviera enamorada de usted, ¿no le parece?
Sesshomaru no contestó.
- ¿Señor, no cree que es posible? Lo único que aún falta es que usted quiera salvar a una mujer. Una mujer por la que daría su vida. Aunque eso ya lo veo más inverosímil, puesto que usted no daría algo tan valioso por una simple mujer, por supuesto, eso yo ya lo sabía, pero tal vez la primera parte del relato...
- Jaken ¡cállate! – le interrumpió el demonio, repentinamente enfadado – No vuelvas a hablar hasta que lleguemos.
Para sorpresa del propio Jaken, Sesshomaru no era tan frío como él mismo había creído. Pero ¿y la mujer por la que él daría su vida? Su amo jamás haría eso. No daría su vida ni por su propia madre, que dicho sea de paso, era toda una arpía maléfica. Pero igualmente no lo haría. En realidad, la única persona por la que Sesshomaru se esforzaría en algo sería por la pequeña Rin. De hecho, ya había ido hasta el mismo infierno para regresar su alma al mundo de los vivos. Pero el hechizo decía que sería por una mujer y no había ninguna que... Entonces Jaken lo recordó; Rin estaba a punto de cumplir dieciocho años. Ya no sería más ninguna niña. A partir de entonces, sería una mujer.
Fin del flash back
Sesshomaru respiró profundamente, dándose cuenta de que no podía seguir avanzando en ese estado. Necesitaba recuperarse y tomar un antídoto si no quería perecer en el intento. Apretó los puños con rabia y golpeó el suelo con fuerza, rompiendo las piedras y dejando un gran agujero en la roca.
- ¡Maldita sea!
Se levantó con lentitud y anduvo un rato hasta llegar a la salida de la cueva, donde le esperaba Jaken, algo más recuperado que cuando su amo entró en la gruta.
- Señor Sesshomaru, ¿la tiene? ¿La ha conseguido?
- Trae a A-Un – dijo, manteniéndose en pie con un esfuerzo sobrehumano – Alejémonos de este lugar. Pronto regresaremos.
Jaken trajo el caballo y se subió detrás de su amo.
- ¿Y adónde vamos?
Sesshomaru vaciló.
- A alguna aldea cercana donde haya mercado. Hoy es el cumpleaños de Rin.
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Sesshomaru acaba de ponerse en marcha hacia la aldea de Rin, aunque primero quiere hacer una parada para comprarle un regalo de cumpleaños. Sesshomaru es totalmente ajeno a lo que está sucediendo de verdad en la aldea, por lo que no sabe que Rin está a punto de casarse en esos mismos instantes. ¡Esperemos que llegue a tiempo! Es la hora :)
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Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]
FanfictionDespués de acabar con Naraku, Inuyasha y su grupo viven pacíficamente en la aldea de la anciana Kaede, combatiendo demonios menores y viviendo aventuras. Sin embargo, para Rin las cosas son muy diferentes: ahora que es una joven adolescente y vive c...