Capítulo 53: Demasiado tarde (1/1)

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- ¿Qué ocurre? – preguntó Rin, preocupada, al ver que Sesshomaru le soltaba los brazos y daba un paso atrás para darle aire – ¿Estás bien?

Sesshomaru no contestó. La miraba seriamente y luego miraba al suelo y luego entre los árboles. Y pensaba, y las ideas y los malos pensamientos le carcomían por dentro. ¿Qué había estado a punto de hacer? ¿Unirse físicamente a Rin? ¿A su pequeña? No, ya no era una pequeña. Era una mujer, una fuerte y preciosa joven que tenía valor y era capaz de tomar sus propias decisiones. Y él se había dejado llevar demasiado por el deseo animal que sentía hacia la chica. Al fin y al cabo, no quería hacerle daño.

- Sesshomaru – Rin le tocó el brazo y lo sacó de su ensoñación – ¿Qué pasa?

Él se apartó bruscamente.

- Podría haberte hecho daño – dijo con tosquedad.

- ¿De qué estás hablando? – murmuró ella, sin comprender.

El demonio cerró los ojos con fuerza e hizo un esfuerzo por devolverles el color amarillo al que la chica estaba acostumbrada. Pero su cuerpo estaba todavía tan agitado que sus pupilas se negaban a obedecer.

- Tú no lo entiendes, Rin. Soy peligroso. Podría haberte matado si no llego a parar.

La joven puso las manos en jarra y se acercó enfurruñada.

- No ha pasado nada, Sesshomaru. Yo sé que tú no me harías daño. Estoy bien – e intentó acariciarle la mejilla, pero él giró la cara y no la dejó.

Rin, enfadada y decepcionada a partes iguales, le dio la espalda y contempló el cielo nocturno. La luna había desaparecido bajo las espesas nubes que cubrían la zona. Oyó un búho ulular, y vio después un cuervo negro que se posaba en las espesas ramas de un árbol y luego desaparecía. Un solo cuervo; señal de mal augurio.

La chica oyó pisadas y se dio de nuevo la vuelta. Sesshomaru había empezado a alejarse hacia el río.

- ¡Espera! – gritó ella aproximándose con rapidez – ¿Por qué te vas?

La chica lo alcanzó y le cogió la manga de su camisa desabrochada. Sesshomaru paró en seco, pero no se dio la vuelta. Tan sólo volteó un poco el rostro, para verla de reojo. La miró, con un semblante tan extraño que Rin no supo cómo interpretarlo. La verdad es que nunca lo había visto tan serio, ni frustrado, ni preocupado. Tenía delante el lado oculto de Sesshomaru.

- Escúchame – le dijo el demonio lentamente sin moverse de su posición – Ahora tengo que irme. Estoy buscando algo importante que puede ayudarnos. No te interpongas – dijo bruscamente, casi enfadado.

- No lo entiendo – replicó ella – ¿Ayudarnos?

La joven lo miraba sin comprender. Entonces él se dio la vuelta y la cogió por ambos brazos con excesiva fuerza, mirándola a los ojos con intensidad.

- Rin, esto no está bien. Un demonio y una humana no pueden... – señaló con enfado el árbol en el que habían estado apoyados hacía tan sólo un momento – ¡Es peligroso! ¿Te has preguntado alguna vez por qué todas las humanas que están con demonios completos acaban muertas? ¡Mira a la madre de Inuyasha!

Rin tragó saliva ante la atenta y amenazadora mirada del chico, e hizo de tripas corazón.

- Soy más fuerte de lo que piensas – declaró con orgullo.

El demonio de la luna la miró decepcionado. Rin no entendía la gravedad de la situación. No sólo era cuestión de amor o de sexo, se trataba de la vida de ella.

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora