¡Hola a todos/as!
Antes de nada me gustaría disculparme por esta semana de ausencia. Me explico: se me infectó una muela hace unos días y he estado muy malita en cama y con mucho de dolor, he tenido que ir varias veces a urgencias. Además, hace unos días también (la noche antes de que empezara el dolor de muela), me encontré un gatito bebé abandonado en la calle, lo llevé a casa y hemos estado dándole de comer, quitándole las pulgas, etc. Por eso no he podido actualizar en Wattpad hasta hoy. Espero que lo entendáis.
P.D.: Por si a alguien le interesa, estoy mejor de la muela y ya le hemos encontrado una familia al gatito para que lo cuiden. ¡Disfrutad del capítulo!
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Rin se encontraba en mitad de un claro en el bosque. Era de noche y una dulce brisa soplaba entre los árboles, llenándola de tranquilidad y frescura.
Respiró el aire fresco y sonrió relajada.
De pronto, recordó todo lo que le había pasado en la cueva y se dio cuenta de que nada de eso tenía sentido.
«¿Dónde estoy?», se preguntó a sí misma, mirando alrededor sin comprender cómo había podido salir de allí y cómo era posible que estuviera viva.
Se llevó las manos a la herida de las costillas, esperando sentir el dolor punzante que le provocaba el veneno, pero no había nada allí. Ni rastro de la sangre, ni del veneno, ni de la herida. Se miró el brazo, la pierna y el hombro. Se tocó el labio que supuestamente estaba partido, pero allí no había nada más que su piel fina y delicada.
Todavía había una cosa que consideraba aún más insólita: su ropa. Vestía un traje largo de seda blanca, un vestido casi transparente que le llegaba a los pies. E iba descalza. ¿A dónde habían ido a parar su traje de exterminadora y sus armas? ¿Dónde estaban la daga y el abanico? ¿Y Sesshomaru? ¿Dónde estaba él?
Una voz se oyó en las cercanías y la chica la reconoció enseguida: era él, su demonio.
Corrió hacia la voz, repentinamente feliz de saber que el señor Sesshomaru estaba bien, que el demonio de la luna había conseguido salvarse y sacarlos a los dos de allí sanos y salvos. Corrió feliz y llena de dicha hasta salir de los arbustos y llegar adonde él estaba.
- ¡Sesshomaru! ¡Sesshomaru! ¡Estoy aquí!
Se lanzó contra él para abrazarlo, pero, de alguna forma inexplicable, lo traspasó y se chocó contra el árbol de atrás, cayendo de bruces contra el suelo.
Rin se sacudió la ropa y se levantó de nuevo.
- Señor Sesshomaru, ¿qué está pasando?
Pero él parecía como si no la viera. Estaba de pie, justo a su lado, hablando con una mujer albina y llena de símbolos violáceos iguales a los del demonio de la luna: su madre.
La chica volvió a llamarlo, pero ninguno de los dos se dignó a mirarla, y cuando la joven los tocó, su mano traspasó sus cuerpo, como si fuera un...
- ¿Fantasma? – aclaró una voz infantil.
- ¿Quién ha dicho eso?
Una ráfaga de viento envolvió a la joven y, de repente, apareció una niña junto a ella.
- Lo he dicho yo – le dijo – Yo soy la que vigila este mundo: la Guardiana.
Rin dio un paso atrás y la estudió con precaución. Era una niña bajita, aunque por su rostro parecía tener unos ocho o nueve años. Tenía el pelo gris brillante que le llegaba hasta media espalda y unos ojos totalmente blancos, muy, muy grandes, sin pupilas, cosa que le confería un aire aterrador. Pero tenía una sonrisa bonita y su tono de voz poseía un efecto tranquilizante.
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Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]
FanfictionDespués de acabar con Naraku, Inuyasha y su grupo viven pacíficamente en la aldea de la anciana Kaede, combatiendo demonios menores y viviendo aventuras. Sin embargo, para Rin las cosas son muy diferentes: ahora que es una joven adolescente y vive c...