Capítulo 51: ¿No lo entiendes? ¡Te quiero! (2/2)

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- Lo siento – Rin susurró tan flojito que apenas se la oyó – Lo siento mucho – siguió susurrando, apretada fuertemente contra la espalda de Sesshomaru – Lo siento.

Las manos de Rin rodeaban fuertemente la cintura del demonio hasta hacerle daño en la herida, pero la desesperación le impedía darse cuenta, y Sesshomaru no se quejó. El albino no sabía cómo reaccionar ante el contacto de su pequeña, ante su fuerte y desesperado abrazo, pero tampoco podía aceptar ya nada de ella.

- Rin. Debes irte – dijo en tono severo – Tu lugar está en la aldea, con otros humanos. Los demonios no son buena compañía para ti. Yo no soy bueno para ti – las palabras sonaron duras, convencidas, pero Rin sabía que a Sesshomaru le había costado pronunciarlas. La pregunta es si las sentía de verdad.

Rin se separó de él bruscamente y se colocó delante suya, sin entender nada de lo que el demonio le estaba diciendo.

- Pero ¿de qué hablas? ¡Eso no es cierto! He vivido contigo desde los siete años hasta los nueve. Hablo con Shippo, con Jaken, con Inuyasha, con A-Un, con Kirara. Todos ellos son demonios. ¡Tú lo sabes!

- Las cosas cambian, Rin – respondió secamente, mirando la nada – No sabes cuánto.

- No lo entiendo, Sesshomaru. ¡Te prometo que no lo entiendo! Si es por lo que ha pasado esta noche, te aseguro que yo no...

- ¡No es por lo de esta noche, Rin! ¡Ha sido así siempre!

El demonio estaba muy serio y enfadado. Había gritado a Rin y esta lo contemplaba temerosa, sin atreverse a dar un paso. Por fin se mostraba con ella como se había mostrado siempre con todo el mundo: agresivo y fiero. Las cosas estaban cambiando en cuestión de segundos y los sentimientos que hubieran estado ocultando estaban saliendo a la luz de diferente modo del que habían esperado.

- Es la primera vez que me gritas – comentó ella, encarándosele – Supongo que llevaba tiempo esperándolo. No podía durar siempre.

Él la miró severo, sin saber qué responder, ni qué había querido decir la chica con esa afirmación.

- Sesshomaru, antes de que te precipites, te diré que Kohaku y yo no nos hemos casado.

Sesshomaru volteó el rostro, sorprendido. Pero luego se dio la vuelta para no mirarla, fingiendo indiferencia.

- No lo he preguntado – dijo secamente.

- Lo sé, pero quería que lo supieras. Y también quiero que sepas por qué.

- No es necesario que me expliques nada. Puedes hacer con tu vida lo que quieras. A fin de cuentas, es tu vida – y empezó a caminar hacia el sendero que lo llevaría hasta A-Un y al durmiente Jaken.

Pero Rin no consintió que se fuera. No ahora. No ahora que lo había encontrado y tenía tanto que decirle. Dio un paso hacia delante y agarró la manga de su camisa con fuerza, obligándolo a detenerse.

- ¡Quiero que me escuches! – le gritó.

El demonio estaba muy sorprendido. A él nadie le gritaba. Rin no le había gritado nunca. Nunca se le había enfrentado, ni revelado. Siempre había sido una pequeña y alegre chiquilla de cabellos oscuros y mirada cálida. Pero ahora no era esa chica a quien veía. Veía a una Rin completamente diferente. Una Rin fuerte y decidida, segura de sí misma.

Pudo haberla dejado ahí, pudo haber sido agresivo, pudo haberla empujado o haberle dicho a la cara cualquier cosa para destrozar de una vez por todas su corazón, pero no lo hizo. La escuchó. La escuchó porque ella se lo pedía. Porque esa persona era alguien diferente a todo el mundo y le infundía respeto. No más que el suyo propio, pero sí un gran aprecio. Por eso quería escucharla y acabar con todo de una vez. Porque se lo debía, por haberle salvado la vida, porque, aunque había sido él quien la había salvado en diversas ocasiones, en realidad había sido ella la que, con su alegre presencia, había dado color a la triste y solitaria existencia del demonio.

- Quiero que escuches todo lo que voy a decirte y, si después de eso no quieres saber nunca nada más de mí, lo aceptaré. Pero no pienso dejarte ir sin que oigas todo lo que tengo que decirte. ¿Entiendes?

Sesshomaru no contestó. Se giró para verle la cara y se sostuvieron la mirada intensamente, con fuerza. Entonces ella empezó su discurso.

- Sesshomaru, me encontraste cuando tenía siete años y desde entonces me has cuidado y me has enseñado muchas cosas. Habrá quien diga que no eres cariñoso, ni cálido y, de hecho, no lo eres, pero eso nunca me ha impedido quererte. Siempre has sido como un hermano mayor para mí, como el padre que nunca tuve. Y sí, es cierto que al acompañarte he puesto mi vida en peligro en innumerables ocasiones e incluso he perdido la vida en varias de ellas. Lo sé. ¡Todo eso lo sé! Y también comprendo perfectamente que no quieras llevarme contigo y Jaken porque soy un estorbo. ¡¿Crees que no lo sé?!

Los ojos de Sesshomaru ya no eran hostiles. La miraba con un semblante serio, incluso frustrado, porque ahora veía que le había hecho más daño del que él se había llegado a imaginar.

- Pero también he intentado esforzarme para arreglar eso. He estado entrenando día y noche para aprender a disparar un arco, a manejar un boomerang, una espada, pero no se me da bien ninguno. Sin embargo, yo lo he intentado. Ahora soy más ágil, más rápida y veloz, más sigilosa, más fuerte. ¡Lo hice para poder acompañarte! ¡Para que no tuvieras que cuidar de mí! ¿Comprendes? ¡Lo hice para poder estar contigo!

Sesshomaru abrió la boca para responder, pero la muchacha se lo impidió.

Rin estaba muy cerca de su rostro, a varios centímetros de su cara. Se sostenían la mirada, frustrada y dolorosa. El silencio invadía el ambiente. Rin le había dicho todo lo que tenía que decirle y le había plantado cara como nunca nadie lo había hecho. Y ahora estaban frente a frente, cara a cara, mirándose a los ojos con dolor.

- Y si después de esto vas a decirme que me aleje de ti para siempre, yo...

Pero Rin no pudo acabar la frase. Unos labios se posaron sobre los suyos impidiéndole pronunciar una sola palabra más. Unos labios finos y suculentos, tan fríos como el témpano, pero de una calidez mucho mayor de la que ella nunca hubiera sospechado.

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¡BESO! Ya iba siendo hora. Y lo mejor es que el momento Sesshin sólo acaba de empezar. Como prometí subir ayer y por problemas de internet no pude, subiré mañana por la noche como compensación un capi nuevo. Kisses XXX

Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora