- ¿Qué está ocurriendo? – Inuyasha estaba furioso cuando llegó al claro. Los demás se asustaron al ver la escena.
Kohaku estaba tirado en el suelo. Un charco de sangre salía de su pecho y lo manchaba completamente. Estaba pálido y tenía muy mal aspecto. A su lado, Sesshomaru estaba de pie, con la mano cubierta completamente de sangre. Sobre el hombro tenía clavada la gigantesca hoz que Kohaku le había clavado sin escrúpulos.
Kagome y Megumi se abalanzaron hacia el exterminador, que yacía en el suelo.
- ¡Lo has matado! – exclamó Kagome, horrorizada al ver al hermano menor de Sango desangrado en el suelo.
- No está muerto – declaró el albino, sin inmutarse – Sólo está inconsciente. No le he tocado ningún órgano vital.
- ¡Eres un monstruo! ¿Por qué has hecho esto? – Kagome seguía en estado de shock después de haber visto el cuerpo del joven.
Megumi, con lágrimas en los ojos, posó su cabeza sobre el pecho de Kohaku y esperó a oír sus latidos.
Bo-bom, bo-bom, bo-bom,...
- ¡Kagome! – chilló Megumi, entusiasmada – ¡Todavía está vivo!
- ¡¿Qué?!
La mujer se volvió y le tomó el pulso.
- Es cierto – dijo sorprendida – Y tiene buen pulso – miró al demonio de la luna con cara de disculpa – Yo... pensé que tú...
Pero al demonio le traían sin cuidado sus disculpas.
- Que no vuelva a interponerse en mi camino. Para curarle, bastan las hierbas moradas que cultiva la sacerdotisa en su pequeño huerto. En diez o doce días estará bien – entonces una idea le cruzó la mente y sonrió de forma maliciosa – Supongo que tendrá que posponer su boda con Rin hasta que se recupere.
Justo en ese preciso momento, el menudo Jaken pasó corriendo entre los presentes y se abalanzó hacia su apuesto amo.
- ¡Señor Sesshomaru! – venía gritando de lejos a la vez que jadeaba – ¡Por fin os alcanzo! Pensé que se había marchado sin mí al monte Fuji. Pero entonces oí que habían olido sangre y pensé que usted... – hizo una pausa para respirar – Bueno, que tal vez usted aún no había salido del bosque.
Sesshomaru lo miró algo desconcertado. Bueno, al menos ya estaban todos reunidos.
Entonces Sesshomaru miró a su alrededor, confuso.
- ¿Y Rin?
Jaken agachó la cabeza y dirigió la mirada al suelo, avergonzado.
- Lo lamento, señor, pero tuve que contarle qué estábamos buscando exactamente y me torturaron para que les explicara dónde se hallaba.
Sesshomaru lo miró con expresión incrédula.
- ¿Te torturaron?
- Sí – dijo el demonio verde, señalando a Megumi – Esa y Rin me amenazaron hasta que se lo tuve que contar. Por favor, no se enfade con Jaken – le suplicó, temiendo que su altivo señor le diera un manotazo en la cabeza, o peor, que se fuera sin él.
- ¡Eh! – se quejó Megumi – ¡Sólo te hicimos cosquillas!
Sesshomaru ni le miró. Su siervo sólo decía estupideces.
- Está bien. ¿Y dónde está Rin ahora?
- No lo sé, señor, pero A-Un tampoco está. Creo que ha ido de verdad al monte Fuji, a buscarle antes de que usted entrara en la cueva.
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Lágrimas de sangre (Sesshomaru y Rin) [COMPLETA]
FanfictionDespués de acabar con Naraku, Inuyasha y su grupo viven pacíficamente en la aldea de la anciana Kaede, combatiendo demonios menores y viviendo aventuras. Sin embargo, para Rin las cosas son muy diferentes: ahora que es una joven adolescente y vive c...