Capítulo 8 - Romeo, Romeo

16.8K 1.4K 427
                                    

Ey, pss, todavía es jueves ¿qué tal un doble capítulo?

Canción en multimedia: The Story Never Ends — Lauv

Canción en multimedia: The Story Never Ends — Lauv

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo ocho —  Romeo, Romeo

──── ∗ ⋅✦⋅ ∗ ────

Arianna no llega a la biblioteca hasta las cinco y media, todavía con el pelo algo húmedo recogido en una coleta alta y la bolsa de deporte colgando de uno de sus hombros. Ella me pide disculpas un par de veces, criticando que no le hayan permitido salir mucho antes del entrenamiento. Para ese momento yo ya tengo un primer esquema. Antes de que yo saliera del instituto ya habíamos pactado qué enfoque le daríamos al trabajo, algo tan simple como si el libre albedrío existe o no, por lo que mi forma de avanzar ha sido encontrar autores a favor y en contra para poner en el segundo y tercer párrafo. Ya tengo algunas características de ellos e incluso un par de citas, así que eso vuelve más fácil que terminemos esos párrafos con rapidez. Ella se encarga del primer párrafo, para mí, el más complicado. Puedo notar por el lenguaje que emplea y su facilidad para sacar conclusiones que es lista, bastante. Reconoce los autores que yo he tenido que buscar con una rápida mirada a la hoja, pudiendo hablar conmigo de qué poner de cada uno sin necesidad de leerlo.

Trabajar con ella es cómodo, tampoco tardamos demasiado, en lo que más tiempo estamos es en el cuarto párrafo, nuestra conclusión final y esa en la que pasamos más tiempo tratando de convencer a la otra de qué autores tenían razón, claramente, sin llegar a estar a favor por completo. Ella considera que el libre albedrío no existe, yo, que sí lo hace, pero que ha sido condicionado. Ni siquiera estoy segura de cómo solucionamos una conclusión cómoda para ambas, pero al releerlo me quedo sorprendida.

—Ha quedado genial —admito.

Arianna recupera el folio lleno de tachones y lo guarda en uno de sus cuadernos.

—La verdad es que sí. Lo paso a ordenador y mañana lo traigo ya impreso para que me digas si quieres cambiar algo ¿Times New Roman, doce y con sangría?

—Perfecto.

Reviso la hora en mi móvil, son las siete y cuarto cuando nos ponemos en pie. Recojo mis bolígrafos sin demasiada delicadeza, los eso caer bruscamente dentro de mi mochila y la cierro sin cuidad. Arianna, en cambio, coloca cada cosa con cuidado en su mochila antes de llevársela al hombro y recoger la azul de deporte.

—Me he enterado de que Wen y tú queréis uniros al equipo.

Cuando escucho esa frase nada más salir de la biblioteca siendo que mi estómago se revuelve y mi garganta se cierra. Niego.

—Yo no.

—Oh —hace una mueca—. ¿No quieres ni intentarlo en las pruebas?

—No me interesa entrar, son bastantes horas de entrenamiento y tengo el tiempo al cuello —No es una gran mentira. Es verdad que la razón principal es porque esa actividad sería desaprobada por los Daking y son ellos quienes tienen que firmar el permiso, ser menor de edad a veces apesta. Pero el tiempo que tengo libre prefiero usarlo pintando y, por mucho que me haya acostumbrado a hacer deporte, prefiero el estilo más libre.

Senior YearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora