Canción en multimedia: Heard you crying — Michael Schulte
Capítulo extra — Domingo de un Mason ღ
──── ∗ ⋅✦⋅ ∗ ────
Papá está callado, con su traje ya puesto y sus ojos claros en Maia. Ella, a sus cinco años, espera pacientemente sentada sobre la alfombra de la entrada mientras juega con su muñeca preferida. Las trenzas que le han hecho a primera hora de la mañana ya están medio deshechas, a nadie ha parecido importarle.
—¿Vais a llevar a Maia?
Mi hermana pequeña levanta la mirada al escuchar su nombre, inclina un poco la cabeza, como un cachorro. Parece haberse dado cuenta de la queja en mi voz, lo noto por la forma en la que me devuelve la mirada, lista para responder a gritos. Nuestro padre se encoge de hombros.
¿Qué quiere que le diga? Maia me parece muy pequeña como para llevarla a un cementerio pretendiendo que entienda lo que está pasado.
Pronto suenan unos pasos rápidos y suaves por las escaleras, no tengo que darme la vuelta para reconocer a mi otra hermana. Audrey tira de mi brazo con fuerza al llegar a mi lado, quiere arrastrarme hacia la entrada nada más hace acto de presencia. Le había prometido que sería yo quien la llevara, el año pasado también fue así.
Ella tenía nueve años cuando perdimos a Spencer y, al contrario que Maia, Audrey sí tenía la edad suficiente como para entender que su hermano mayor no volvería. Lloró durante semanas seguidas, semanas en las que traté de prohibirme estar mal para poder consolarla a ella. Todavía no me cabe en la cabeza cómo nuestra familia terminó "bien" después de eso. Las semanas después del incidente todavía están grabadas a fuego en mi memoria por mucho que trate de olvidarlas.
—¿Nos vamos ya? —La voz de Audrey es todo menos dulce, está nerviosa, con ganas de irnos ya para llegar ella la primera. Miro a nuestro padre a la espera de que nos dé el visto bueno. Él asiente y se agacha para levantar a Maia del suelo—. ¡Adiós, papi!
Audrey sale a gran velocidad de casa y me llama desde el jardín para meter prisa.
—Pasaremos nosotros a por las flores, entrenador —Él sabe que lo haremos, pero aun así necesito recordárselo, sólo por si acaso.
—Esperadnos allí.
Con eso pellizco la mejilla de Maia y salgo de casa también. Audrey ya está corriendo hacia mi coche cuando piso la calle. Ella está algo emocionada, con un sobre en su mano. Sé lo que es, esa carta para la que me hizo comprarle todo un kit porque ella quería un sello en concreto, quería las velas de cera que hacer arder para luego marcar con el sello un corazón en la cera y que eso sellara el sobre. Le dije, cuando perdimos a nuestro abuelo, que todo lo que no pudo haberle dicho podría escribírselo y que yo me haría cargo de que le llegara. Fue una idea rápida que se me ocurrió para lograr que ella dejara de llorar por no haber podido visitarle en el hospital. Nuestro abuelo había estado un mes en cuidados intensivos antes de morir, y Audrey era muy pequeña por ese entonces como para que le permitieran ir a verle. Ahora, esa misma idea es la que la ha impulsado a escribirle a Spencer.
ESTÁS LEYENDO
Senior Year
Teen FictionJack y Ashley son un desconocido el uno para el otro , pero, cuando terminan encerrados juntos durante más tiempo que el que a ambos les gustaría sus caminos se cruzaron y, para bien o para mal, no fue tan fácil para ninguno dejarlo pasar. ━━━━━ ◈ ━...