Especial Venecia IV

376 52 3
                                    



Italia, Venecia.

Laura

Un día entero.

24 horas

1440 minutos

86400 segundos.

Ha pasado todo ese tiempo desde que mis hijos han desaparecido. No lo aguanto más, no aguanto más este dolor que me invade cada segundo. Mi cabeza está explotando de tantas teorías que han cruzado mi mente luego de lo que me informo Ross.

Luego de la posibilidad de que esa perra tenga a mis hijos.

—Tienes que comer, mamá.

¿Mis hijos habrán comido? ¿Quien quiera que los tenga les habrá dado algo de comer? ¿Agua?

Mis ojos vuelven a humedecerse.

¿Y si se están muriendo de hambre?

—Papá me ha dicho que si no comes se molestará.

Apuesto a que Landon está molesto ahora mismo, mi niño odia ser mandando, jaloneado. Seguramente está cuidando de Lucas. Landon siempre ha sido protector con Lucas, y Lucas siempre ha sido el más tierno de los dos.

Suelto un sollozo.

—Mamá.

¿Me extrañarán? Por supuesto que me extrañan, soy su madre. Son mis bebés. Bajo la mirada a mis manos. Las manos que los tocaron por primera vez cuando nacieron, las manos que lo cuidaron, que le dieron de comer, que los amaron.

Mi pecho arde,

—Llamaré a Papá.

Mis niños siempre han sido las copias exactas de su papá. En todo, completamente en todo. Es como si el hombre que amo se hubiese fusionado en dos pequeñas cosas que nacieron de mí. Es así.

Y los he perdido.

He perdido a mis hijos,

Cierro mis ojos y deseo perderme. Y lo hago hasta que una voz, una voz ronca que tanto amo me trae de regreso.

Esta arrodillado ante mí, observándome con preocupación, tristeza, amor.

—Cariño, necesitas comer.

Desvió mi mirada.

—No tengo hambre.

Mi pecho arde aún más. Anhelo mirarlo, abrazarlo, pero me duele hacerlo.

Es tan parecido a ellos...

—No has comido desde que...nos hemos enterado la noticia. Por favor. —Toma mis manos— Al menos, bebe algo. ¿Sí?

Un sollozo escapa de mi pecho.

— ¿Ellos están comiendo? ¿Ellos están bebiendo algo? ¿Si quiera han podido dormir?

Lagrimas caen de mis rostro y aparto mis manos de él. Observo fugazmente una mueca de dolor de su parte, pero la ignoro.

—Ellos deben estar asustados, deben tener miedo. —Tapo mi rosto, dejándome ir una vez más. He perdido la cuenta de cuantas veces me he roto a llorar, mis ojos están irritados, pero no puedo controlarlo—.

Se levanta y me abraza.

—Pronto estarán bien. Estamos investigando a Amelia, Si resulta ser ella, los encontraremos. Lo prometo.

Lo empujo de mi lado y me alejo de él.

Sacudo mi cabeza.

— ¡No puedes prometerlo! ¡No puedes cumplirme!

—Laura...—Su voz se rompe— Cariño, intentaré...

Observo con furia las cosas materiales de aquella mesita y las tiro, disfrutando brevemente el sonido de estas rompiéndose. No calma mi ira, pero resulta satisfactorio.

—Sé que estás asustada de que...—Hace una pausa, para recomponerse— Yo también lo estoy, pero traeré de vuelta a nuestros hijos. ¿De acuerdo?

Lo siento detrás de mí, sus brazos rodeándome.

—Ellos volverán con nosotros y volveremos a casa. Seremos felices como siempre y...

Miro sus manos envueltas en mi cintura. Las tomo brevemente, acariciándolas. Cierro mis ojos. Un destello de un recuerdo viene a mi cabeza.

Ross y yo estábamos en la misma posición riéndonos de algo y vinieron ellos. Nuestros hijos. Bromearon con nosotros y se fueron. Los deje, porque regresarían.

Pero en esta ocasión, no sé si regresaran.

Abro mis ojos, despertando de ese recuerdo,

Aprieto sus manos y las tiro lejos de mí.

Mi corazón se aprieta, me grito mentalmente por alejarme de él, pero no lo soporto cerca de mí. Tantos recuerdos...

— ¿Laura?

Camino lejos de él, evitando su mirada.

—Necesito estar sola.

— ¿Que te sucede?

Tomo el vaso de agua que supongo trajeron para mí y lo lanzo contra la pared.

— ¡Nada me sucede! ¡Solo he perdido a mis hijos!

El dolor en mi grito es notorio, también el enojo. No quiero estar enojada con él, pero... ¡Pero no sé! No me siento racional ahora mismo.

—Dije que te los...

— ¿Devolverías? ¿Me los devolverás? ¡Ni siquiera pudiste cuidármelos bien! ¿Cómo planeas devolvérmelos?

Apoyo mis manos a una mesa.

Él se queda en silencio.

Yo me odio por dentro. Odio todo, odio esta situación.

—No sabes lo que estás diciendo. —Suelta con voz contenida— No eres la única que está sufriendo.

Toco mi garganta.

—Soy la única que lo demuestra.

Lanza una maldición y me estremezco.

— ¿Estás jodiendome? ¿La única que lo demuestra? ¡Ellos también son mis hijos! ¿Crees que no me duele? ¿Qué crees que estoy haciendo? ¡Porque te aseguro que no estoy divirtiéndome con tu dolor!

Molesta por sus gritos, le devuelvo.

— ¿Pues qué haces aquí? ¡Regrésalos conmigo!

— ¿Si quiera vas a mirarme? ¡Mírame, maldita sea!

Cierro mis ojos, sigo soltando lágrimas. Mi pecho ya no duele, ya ni lo siento.

—Necesito que te vayas. —Murmuro—.

Lo escucho golpear la pared, tiemblo, pero no me muevo de mi posición, no quiero verlo. No puedo, no puedo.

Me duele tanto.

Quiero tanto estar a su lado, pero me duele, me estruja el corazón observar su parecido con ellos.

— ¡Bien! Me largo.

Escucho sus pasos pesados irse por el camino a la salida, cierra con fuerza la puerta. Me derrumbo en el suelo y comienzo a llorar, otra vez.

•Continuará•

Jum, lamento este capítulo tan triste :)

Dos actualizaciones en un día, un record para mi :)

•Axx•


Esto es nuevo para mi - Raura (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora