Obviamente (BORRADOR) [Draco Malfoy y tu]

32.Ataque de mortifagos

Los dias sin Cedric pasan muy lentos, quizá demasiados...

Se supone que solo es un día de partido y fué ayer, pero el se tenía que ir antes...¿verdad?

Me levanto de la cama con lagañas en mis ojos.

Arrastro los pies y llego a la puerta.

Me giro.

-<Mis zapatillas...>-

Ya no hay chucho que te las debore, tu sabrás donde estan...

Prefiero no buscarlas, soy muy perezosa.

Subo las escaleras pasando mi brazo por la pared.

Ignorando el frío de mis pies.

Llego a la cocina y abro la puerta.

Agarro un baso y deposito leche, despues colacao.

-¡Buenos días bella durmiente!-exclama mi padre.

Levanto la mano.

Remuebo mi colacao mientras doy vueltas por la cocina, no me apetece sentarme, prefiero estar en movimiento para no dormirme.

-¡Mira!-exclama mi abuelo con el periodico en manos. -¡Atentado de mortifagos en el partido de quidich!

-¡Que horror!-exclama mi abuela sentada en el banco.

Mi padre traga la tostada amargamente.

-<Eso significaba que...¿mi padre era el unico mortifago de la familia?>-

¿Cedric no iba a ese estupido partido?

Mi taza de colacao que tenía entre mis manos se cae.

-¿______?¿estas bien?-interroga Laura al ver mi cara.

Comienzo a caminar hacia atrás en shock.

Bajo las escaleras velozmente y llego a mi cuarto.

Agarro unos shorts y una camiseta cualquiera y me visto.

Me coloco mis deportivas.

Corro escaleras abajo a por mi bicicleta.

Abro la puerta del garage y ni me molesto en cerrarla, solo pedaleo.

Durante minutos no paro de pedalear hasta que llego a la casa de los Diggorys.

Toco la puerta con fuerza y sin parar.

-¿Quién es?-la voz ronca del señor Diggory me sobresalta.

-¡_______!-grito alterada.

Me alivia saber que esta en casa...¿cuando llegarón?

La puerta se abre dejando ver al padre de Cedric con el ceño fruncido

-______ ¿estas bien?

-¿Esta usted bien señor? -digo dejando la bicicleta en la entrada.

-Si,¿porque no lo iba a estar?-pregunta dejandome pasar.

-¡El ataque de los mortifagos en el partido de quidich!-exclamo.

-¿Un ataque?-interroga sorprendido.

-¡Se supone que usted a ido!-exclamo.

-No, no, yo llevé a Cedric, el se quedo allí. -explica.

-¿¡No a vuelto aún!?-digo.

Otro ataque de panico me avisa.

-No, vuelve mañana-dice el.

Respiro más tranquila.