DOCE

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El timbre sonó incesantemente una y otra vez, tensándome más. ¿Qué cojones quería Jeon ahora? Ni siquiera me había movido un centímetro. Taehyung seguía mirando la puerta con impaciencia. 

—¿Es él? ¿Cómo es que conoce este sitio?

Taehyung preguntó. Cuando aún estaba con Jungkook, Sunmi ya se había comprado el departamento hacía mucho tiempo, incluso antes de marcharse a Los Angeles con Hoseok. Casi un año después, terminamos. Por tanto, él sí sabía de la existencia del lugar, pero no dije nada. Algo me lo impidió, quizá el grito que lanzó Jungkook tras la puerta. ¿Cómo es que el conserje lo había dejado pasar?

Jeon gritó mi nombre una vez más y por primera vez vi el rostro de Taehyung más que furioso. Lo último que quería era que hubiera un pleito, así que le tome la mano. —Te juro que no sé porqué habrá venido, pero se irá Taehyung. No te enojes.

Taehyung me miró, pero su mirada indicó que estaba furioso aún apesar de mi respuesta. —Por favor, cálmate.

Insistí. A pesar de los gritos de Jeon, ninguno de los dos se movió. Sólo tomó un par de minutos para que el sonido cesara y las llamadas también. Suspiré de alivio, pero no tanto. Sabía que eso no acabaría ahí y Taehyung haría miles de preguntas en ese momento. Quisiera no responderlas, pero debía. No quería que hubiera malentendidos por algo que no tenía ninguna explicación. Los ojos de Taehyung se movían nerviosos, signo de que estaba alterado, muy. Acaricié su mano, pero la apartó rápidamente.

—Dime que esto tiene una buena explicación porque eso de que no sabes no me lo creo, Haera.

Mi pecho su apretó. No me creía y le entendía. ¿Por qué lo haría? Hasta yo dudaría si Yui se aparece por el departamento de Taehyung un viernes por la noche.

—Te juro que no hay otra explicación, Taehyung. Si quieres llamo a Jungkook para que te dig...

Le respondí, pero me interrumpió cuando se levantó de la silla, prácticamente moviendo la mesa en el camino. Los nervios empezaban a consumirme. Taehyung estaba celoso y era inevitable que pudiera calmarlo en esa situación.

—Ni siquiera se te ocurra llamarlo.—Me advirtió. Me pareció una buena idea en el fondo, quizá hubiera empeorado las cosas.  Sin embargo, lo hice, estaba desesperada.

—Si no confías en mí, cree en él mínimo. Te he dicho que no sé porqué ha venido.

La llamada entró rápidamente mientras colocaba en altavoz.

Haera joder, ¿Dónde estás?

Jungkook preguntó. Taehyung me miró serio. Le había desobedecido, pero no importaba. Tenía que creerme. —Estoy en la casa de una amiga ¿Qué sucede?

Necesito verte. Dime la dirección y te paso a ver.

Eso fue algo comprometedor. Sin embargo miré a Taehyung. Él alzaba una ceja, incrédulo con lo que oía. —¿Verme para qué?— respondí, sería.— ¿Qué cosa no puede esperar hasta el lunes? Te recuerdo que es viernes y es mi fin de semana.

Lo sé bien, pero sigo pensando en lo de ayer y joder, no puedo, hablemos.

—¿Ayer?—Taehyung preguntó. Eso sí fue malísimo. Taehyung sabía muy bien que todo el día había estado pendiente con lo de la junta, pero eso podía haber sonado diferente. Sabía que por la mente celosa de Taehyung se retorcían los hechos. Taehyung hizo un ademán de irse así que lo detuve. —No, Taehyung, espera.

Dejé el móvil a un lado y lo seguí. Pude escuchar a Jungkook decir algo más, pero no le tomé importancia. Al final sí había resultado una mala idea. Había empeorado más las cosas.  Le detuve, pero se soltó tan bruscamente que mi mano palpitó enormemente. —No me toques.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora