TREINTA Y CINCO

1.9K 232 128
                                    

Mientras estaba en mi despacho, buscando un documento, mi móvil empezó a sonar sobre la mesa en la que me encontraba. Ver solo la imagen de fondo supe de quién se trataba. Él mismo se había colocado esa foto como defecto, una foto de su familia, una familia que también quisiera tener si era sincero. Tomé dicho aparato y atendí la llamada de mi mejor amigo después de 13 años: Hoseok.

Al inicio sacó la típica conversación. Rara vez nos llamábamos o compartíamos mensajes. Ya no era lo mismo que hace unos años, donde parábamos pegados a las redes sociales. Ahora ni siquiera sabía cuál era la red social más famosa. Sin embargo, las llamadas siempre eran como una forma de mantenernos en contacto, a pesar que vivíamos en la misma ciudad. La conversación se tornó larga mientras ahora observaba el documento que había buscado con anterioridad, hasta que tocaron la puerta. Aún sin apartar el teléfono de mi oreja, observé la puerta abrirse. Ahí estaban: ellas y él.

Una sonrisa inmediatamente salió de mis labios mientras le decía a Hoseok que aguardara. El pequeño de tan solo cuatro años y unos meses corrió hacia mí, mientras su madre me miraba desde una esquina al lado de la persona con la que había compartido mis dos últimos años, y aunque no estuviésemos casados vivíamos juntos.

—Ya nos debemos ir. —Yui  anunció. No había fin de semana que no viese al pequeño que se encontraba en mis brazos. Jungwoo era mi mayor tesoro desde que supe de su existencia. Claro, aunque hubiera dicho a Yui que abortara, no lo decía en serio; en ese momento solo quería saber si era verdad o no. Había sido un completo idiota al haber creído todas sus mentiras. Nunca había existido un matrimonio arreglado, sus padres simplemente no querían que esté conmigo, por eso siempre se enfadaban cuando me veían, no porque me interpusiera en la riqueza de su familia. Simplemente no les agradaba. Había creído como un completo idiota cada palabra que ella me había dicho y gracias a ello había cometido muchos errores; pero, aun así, si Yui nunca me hubiera mentido, nunca hubiera conocido a Jungwoo, ni a Chanmi, mi prometida; no hubiera madurado del todo, no hubiera aprendido a amar correctamente.

—Papá, no quiero irme— Jungwoo me dijo aferrándose a mi cintura. Era así cada semana desde que me había divorciado de Yui hacía 3 años. Mi matrimonio con ella era un martirio. Intentamos muchas veces y todo era peleas. Podía decir incluso que nunca llegué a tocar a Yui después de que concibiera a Jungwoo, por lo que ella fue la que terminó hartándose, yéndose, enamorándose de otro hombre, y no, no me hacía daño; era lo que más quería. Frente a todos éramos el matrimonio perfecto, pero para nosotros, era un terrible error el estar juntos. Lo comprendió, después de mucho, lo comprendió. Ahora cada uno era feliz por su lado, sin embargo siempre estaríamos unidos, por Jungwoo; porque después de todo, él no tenía la culpa de nada.

—Debes ir, de lo contrario mamá se pondrá triste. —Le dije, besando su frente y acariciando, luego, su rostro. Podía reflejarme en él. Era como una gota de agua de mí, exceptuando que tenía los ojos claros de su madre y su nariz.

—Ya lo oíste, Jungie, debemos irnos. —Yui se acercó, lentamente. Le sonreí. No, no nos llevábamos mal desde nuestra separación. Después de todo, ya éramos adultos. El pequeño hizo una mueca.

—Jungie tengo dulces, ven, acompáñame —Chanmi dijo, luego de que la mirase. Debía tener una conversación con Yui. El muchacho al escuchar la palabra dulces salió corriendo con Chanmi. Miré la escena con ternura. Me encantaría tener un hijo con Chanmi, o que Jungwoo fuera nuestro hijo; pero ella no estaba lista aún, quería aún vivir un poco más, y no le podía decir nada, ella era menor que yo por cinco años.

Tras decirle a Hoseok que lo llamaba luego, miré a Yui. Ella se cruzaba de brazos.

—Supongo que mañana llevarás a Jungwoo a la casa de los Jung.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora