VEINTISÉIS

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Un sonido molesto se empezó a escuchar de fondo haciendo que mi cabeza empezará a doler más y más. Tenía la garganta seca y con un sabor como si no hubiera lavado mis dientes por muchos días. El olor a cigarro también estaba presente. Todo indicaba que tendría una resaca. Mi cuerpo hasta dolía incluso al moverme, pero lo hice, lentamente, sentándome en la cama.

Recordaba todo con lujo y detalle, aunque sea de forma espantosa. Había terminado hecha un desastre tras tomar con Jeon y con Yuki, sí, después de una hora de haber acontecido al bar había aparecido por fin. A ambos le había contado prácticamente lo que Taehyung me había hecho, sin embargo ninguno me dio palabras de consuelo, es más se habían mantenido con la boca ocupada en sus bebidas, observando con detalle como lloraba una vez más por alguien que me había roto el corazón de una forma indescriptible.

Salté de la cama escuchando la corriente de agua caer, lo cual había sido lo que me había despertado. Encontré zapatos inmediatamente di unos cuantos pasos. Aquellos los reconocí, sin embargo vi otros más. ¿Ambos se habían quedado a dormir? Traté de buscar a alguno de los dos con mi vista en mi habitación hasta que se reparó en uno de los muebles. Jungkook se encontraba allí, así que mi mente hizo conexión y aquel que se estaba duchando no era nada más ni menos que Yuki.

Me sentía agradecida con ambos. Tras pasar tantas horas en el bar -la cual solo dejamos porque era hora de cierre- me habían traído a rastras desde el piso 30 hasta el 15, donde se encontraba la mía. Yuki venía cargándome en su espalda mientras Jungkook tomaba mis cosas, abría la puerta, etc. Pensé que se marcharían apenas me dejaran en mi habitación, pero se habían quedado ahí. No sé si uno cuidando del otro o porque temían que me pusiera otra vez mal.

Me acerqué lentamente hacia Jungkook, tenía la boca ligeramente abierta. Una inminente barba aparecía en su mentón. Hacía unos años atrás cada vez que me levantaba con él solía colocar mi mano ahí y molestarle, pues era raro que le creciera, pero ahora parecía ser un poco más común, después de todo ya era un adulto. Me puse de cuclillas mirándole. Se veía tan tranquilo, con su cabello negro despeinado pero aún con aquel gel espeso que había usado el día anterior, su palidez notoria que aparecía cada vez que dormía, su lunar puesto en vista gracias a su camisa. Se veía como algo de ensueño, si era sincera, pero no causaba nada.

Me estiré con cuidado tratando de tomar mi bolso, el cual se encontraba prisionero contra su costilla y el mueble. Tiré de él tratando de no despertarlo, sin embargo me costó un poco ya que al cabo de un minuto por fin pude lograr mi cometido sin despertarle. Me volví a acercar a la cama mientras revisaba mi cartera. La última vez que había visto mi celular fue cuando Yuki me lo arrebató y lo guardó en este pues temía que llamara a Taehyung llorándole, pidiéndole que no me deje. Era capaz incluso de hacerlo sobria. Con Taehyung me estaba dejando pisotear, tragar el orgullo, algo que nunca había hecho con Jungkook antes. Con Jungkook era orgullosa, él era que hacía los méritos para que la relación funcionara, obviamente yo también hacía lo mismo ¿Sino por qué duramos tanto?

Pero esto era diferente e incluso lo sabía. Yo no era así. Y eso temía. Las palabras de Minjun hace años atrás me asaltaron de repente.

Taehyung es tu refugio, siempre te sentías segura con él.

¿Era eso? ¿Por eso sentía que me ahogaba? Era mi refugio porque siempre él estaba para mí, presencialmente o no, pero aún así siempre lo estaba, pero aún así, refugio o no, significaba que lo amaba demasiado. Entonces la realización volvió a atacarme. Habíamos terminado, definitivamente. Me sentía igual en la época que Jungkook decidió dejarme por otras mujeres, Taehyung había hecho lo mismo. ¿Qué diablos era mi error? ¿Por qué las personas que amaba me dejaban de la misma manera? Por alguien más.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora