DIEZ -1

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Estacioné frente al edificio donde vivían los tres muchachos con los que trabajaba. Miré mi reloj de mano, 7:32. Bravo, dos minutos tarde. Busqué en mi móvil el número de Yuki, con rapidez. No pensaba subir hasta el pent-house, sin embargo dejé el móvil a un lado cuando vi a Yuki en la entrada mirando a todos lados. Bajé del auto y me dirigí hasta el lado opuesto de la calle donde yacía Yuki. No caminé ni lento ni corrí tampoco, simplemente llegué a una velocidad adecuada frente a mi jefe. Yuki estaba vestido formalmente en mi delante, con el cabello húmedo y fragancia sumamente agradable.

—Menos mal que ya llegaste, Kim, temía que terminaras atrapada en el tráfico.

—Tuve suerte— le respondí, fingiendo una sonrisa. Había salido con prisa de la casa de Taehyung tanto que empezaba a sentirme cansada y sofocada por el sol que empezaba asomarse con salvajismo sobre nosotros.

—Eso es bueno— respondió de vuelta. Luego tendió un portafolio negro— Estos son los documentos que Jeon se olvidó, hacélos llegar y por favor no discutan. Estaremos de vuelta el próximo lunes.

Asentí. Quise replicar que Jeon provocaba nuestras discusiones. Siempre molestando o lanzando comentarios fuera de tema. El muchacho no podía llevar la fiesta en paz, pero Yuki no debía saber eso. —Lo intentaré y por cierto, buen viaje.

Le deseé. Yuki sonrió y con un beso en la mejilla como si fuese una amiga cercana se despidió. Lo observe subirse a una limosina, en la cual vi a Masaki mirándonos con atención. Con aquel, apenas había cruzado palabras desde aquella pelea en el pent-house hacia unos días atrás, así que solo hice un breve saludo con la cabeza y me di la vuelta, para regresar al auto.

—Haz llegado 20 minutos tarde, Kim— Oí la voz de Jeon apenas cerré la puerta de la oficina tras de mí. Estaba en su puesto en una posición arrogante: los brazos tras su cabeza y las piernas sobre su escritorio.

Me acerqué con él con una sonrisa fingida y tiré el portafolio que Yuki me había dado con anterioridad sobre su escritorio. Jungkook, rió burlándose.

—Para la próxima no te olvides de traer lo que te dan— le dije, mientras me acercaba a mi escritorio y colocaba mis herramientas de trabajo a un lado. Jungkook no respondió nada.

—Vaya, ¿Yuki te llamó y fuiste rápido a verlo, no? — preguntó. Obviamente no se refería a un simple mandado, sino que desde que había sucedido la pelea y habíamos fingido ser novios (más el almuerzo) había estado insinuando que teníamos algo más

—¿Podrías dejar de ser tan idiota por un momento?

—¿Te folló también?

Rodeé los ojos ante eso. Me levanté, suspirando. Le miré. Lucía divertido. — Pues no, pero lo que hizo fue interrumpir mi sexo matutino ¿contento?

El rostro de Jungkook se desencajó, sorprendiéndome de su estado. ¿Ahora que mierda le sucedía? —¿Qué?

—¿Qué de qué? — le respondí. Me acerqué hasta una repisa para buscar un folio del mes pasado.

—¿Estás teniendo sexo con alguien? — su preguntó me llegó por atrás. Su voz sonaba seria ahora. No volteé a mirarle.

—¿Te importa siquiera? No debería ser así— le respondí. Sin embargo, algo me hizo girar a mirar. No sé si fue por el sonido de él parándose o simplemente curiosidad.

—No es que me importe, sino que me sorprende que alguien quiera follarte. — La crueldad de las palabras de Jungkook me afectaron, pero logró que también riera. No respondí de vuelta, no gastaría mi saliva. — Eres muy mala para el sexo, también.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora