OCHO

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Mi mano no dejaba de doler a pesar que evitaba usarla. Mi dedo pulgar era el más afectado, llegando al extremo de apenas usar un bolígrafo.  Acomodé las hojas que tenía en mi escritorio. Durante las 3 primeras horas había estado revisando los expedientes que me pasaba Yuki. Yuki estaba en su oficina, pero cada media hora salía y me entregaba más papeles. Todo a causa que Masaki y Jungkook no habían aparecido esa mañana.

—Kim—. Alcé la vista tras oír la voz de Yuki.—¿Quieres ir a almorzar conmigo?

Miré mi reloj para decirle que no era hora de almuerzo, pero me sorprendió en realidad al ver que ya había llegado. A pesar que había sido transferida, normalmente almorzaba con Hyesun y Joongji. Sin embargo, asentí. Entendí que no tendría nadie con quién almorzar ya que mis dos compañeros no estaban cerca.  Me levanté y tomé solo mi móvil. Algo que tenía de ventajoso trabajar con ellos era que podía dejar mis cosas y nada pasaría.

Seguí a Yuki tras unos segundos. Estuve a punto de llamar a Hyesun cuando Yuki llamó mi atención. —Vayamos por el otro ascensor.

Dijo, señalando al lado opuesto de dónde íbamos. No sabía de la existencia de otro ascensor en esa ala del edificio, pero tras caminar unos cuantos pasos lo vi. Parecía una simple puerta con reja, pero era un ascensor. Esos ascensores de los antiguos. Temí por mi vida. —¿Funciona si quiera?

Él asintió mientras deslizaba la reja y llamaba al ascensor. —Siempre lo tomamos. Nadie lo usa a excepción de nosotros tres y bueno, ahora tú.

Hice una mueca sin saber qué responder. Miré mi celular y marqué el número de Hyesun. Al tercer timbre la llamada se cortó. Intenté una vez más, pero nunca más volvió a entrar la llamada. Hice una mueca, y luego guardé el celular en el bolsillo casi inexistente de mi falda. La puerta, sí, puerta del ascensor pequeño y viejo se abrió. Un espejo desgastado apareció frente a nosotros, reflejando la gran diferencia de tamaños. Por lo menos habían 20 centímetros de diferencia. Ambos japoneses superaban el 1.80.

Entré antes que Yuki tras cederme el paso. Rápidamente cerró la reja y automáticamente la puerta se cerró tras apretar el botón del primer piso. El espacio era reducido, a lo mucho entraban 4 personas y rozándose. A menos la señal de capacidad decía eso.

—Es tétrico—comenté. El sonido que hacía el ascensor al bajar era sumamente extraño, al punto que sentía que en cualquier momento se rompería el soporte y tendríamos una caída libre de solo unos segundos.

—Pero seguro. Cada mes se le hace mantenimiento, mucho más que los ascensores comunes y corrientes, dónde incluso no respetan la capacidad correspondiente. Primero se caería aquellos que este.

En parte tenía razón. A pesar que habían muchos ascensores en todo el edificio, la capacidad era abrumante en estos. Podía decir 12 personas en el letrero de capacidad,  pero llegaban a meterse más de 15 en cada ida. He ahí la razón por la que prefería las escaleras. No quería arriesgar mi vida.

Nos volvimos a sumergir en un silencio tranquilizante. No era necesario las palabras. Yuki era de pocas palabras, al igual que mi persona. Un mensaje de Hyesun diciendo que no había ido a la oficina me llegó, así que me sentí un poco aliviada, no quería dejarla comer sola, pero tampoco podía llevarla junto con Yuki. Sería algo irrespetuoso para el último teniendo en cuenta como era su personalidad. No se llevaba fácilmente con las personas.

—¿Cómo conociste exactamente a Jungkook?

Alcé la mirada tras responder a Hyesun. No esperaba esa pregunta. De por sí, Yuki sabía que Jungkook y yo habíamos estudiado en la misma universidad y facultad.  Él exactamente involucraba detalles.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora