VEINTIUNO

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Salí de mi habitación en búsqueda de Jungkook. Esperaba que estuviese listo ya. Hacía demasiado calor esa mañana, pero aún así estaba usando un vestido de tela gruesa y color opaco. No pensé que me sofocaría tanto ni mucho menos dentro de un hotel. El aire acondicionado parecía haberse averiado esa mañana.

Toqué la puerta de su habitación suavemente hasta que éste la abrió.

Jungkook tenía su camisa puesta apenas y su cabello despeinado. Parecía como si se hubiese despertado minutos antes y recién salía de la ducha. Por suerte no íbamos retrasados, pero tampoco teníamos todo el tiempo del mundo. Coloqué los papeles en el escritorio que había en su habitación y pedí que se apurara. Hizo caso ya que sabía que nuestra primera reunión era importantísima.

—¿Jungkook dónde están las copias de las condiciones y requisitos? —

Le pregunté. Él rápidamente gritó que estaban en su mesa de noche, pegada a la cama. Me dirigí a ella. La notificación de un mensaje le llegó a su móvil, que yacía ahí mismo. Pude ver qué tenía como 7 chats sin contestar, quién sabe desde cuándo, pero toda la noche me había estado molestando.

¿Por qué me besaste?

Fue su primera pregunta ¡Ni siquiera había sido un beso! Solo había pegado mis labios en su mejilla y solo porque estaba espantando a mujeres, no porque haya querido, así que no le respondí y me dormí. Escuché pasos tras de mi mientras me detenía a verificar si eran los papeles correctos cuando volteé. Él Ya estaba arreglado por completo.

—Listo.

Asentí. Le observé por un momento, se veía muy apuesto y de alguna forma serio. Sería la segunda vez que lo viese comportar como alguien de negocios. También era la segunda vez que trabajábamos juntos, ¿No se suponía que yo trabajaba para Yuki? Pues desde aquella vez con los tailandeses parecía que lo hiciera para Jeon prácticamente.

En silencio caminamos hacia el ascensor. Verificaba las tablas en el iPad que sostenía en mis manos mientras Jungkook miraba a la nada. Parecía estar sumido en su mundo, quizá analizando lo que le iba a decir a los canadienses.  Bloqueé el iPad y suspiré. Me sentí nerviosa por el asunto. Prácticamente esta vez tenía un peso más importante y no había tenido mucho tiempo para asimilarlo, teniendo en cuenta que apenas Yuki y yo regresamos al hotel me dormí sin revisar una vez más los papeles, lo tuve que hacer en la madrugada.

—¿Crees que podríamos ir por un café?

Jungkook preguntó. Le miré, estaba muy sereno.

—Está bien, tenemos tiempo aún.

Le dije, además yo necesitaba un café de todos modos. Él solo se mantuvo mirando mis ojos hasta que los aparté. Se había quedado más de lo normal mirando así que era incómodo y mucho más después de todo. Quizá mi cara gritaba que estaba sola otra vez.  Mi móvil por arte de magia empezó a vibrar. Le miré solo un segundo para darme cuenta que Taehyung me llamaba a través de KakaoTalk. Suspiré -aunque intenté no hacerlo- inevitablemente. Ahora tenía que soportar sus llamadas así. Tenía ganas de bloquearlo, pero algo me decía que no lo hiciera.

—¿Problemas en el paraíso otra vez?

Decidí no responder, simplemente esperé que las puertas se abrieran para salir en búsqueda del café porque Jungkook no debía enterarse de mi condición amorosa, pues por algo le había pedido a Yuki que lo mantuviera en secreto.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora