SIETE

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–Por favor, Minhyun, quédate quieto–.  Oí decir a Iseul mientras no dejaba de tomarle la mano a su pequeño hermano de ocho años, quien trataba salir de la cafetería donde se encontraban. Había pasado muchos meses desde que  no nos veíamos así que encontramos una oportunidad para vernos este fin de semana. Taehyung se había ido de repente a Busan tras una llamada hacia un buen par de días atrás.— No puedo creer como los niños tienen tanta energía. Lleva así desde la mañana.

–Cómo dijiste, son niños, Issi–. Tomé la malteada de frambuesa y sorbí un poco. Su heladez me llegó pronto, pero realmente aquel domingo estaba haciendo un calor de los mil demonios. Había revisado con anterioridad mi móvil y me había fijado que estaba cerca de los 30° ese día. Muy caliente para ser real.

–Igual, no soport...–empezó a decir, pero Minhyun salió corriendo, así que Iseul se levantó tras de él. Rápidamente lo capturó y lo trajo cargando. Iseul estaba a punto de explotar, pero fingía bien. Nunca le habían gustado tanto los niños, a pesar que gran parte de su juventud había lidiado con Minhyun. Busqué en mi bolso, con rapidez, algún caramelo de limón. Siempre los llevaba cuando me sentía sin energía. Además luego de tantos mareos en la época universitaria, siempre estos me salvaban.

–Minhyun, te doy un caramelo si es que obedeces a tu hermana. – le dije. Tenía experiencia con los niños, pero este solo me miró con odio.

–Eres igual de tonta que Iseul.

Bien, sabía que lo había tratado como un chiquillo de cinco, así que me reí. Ignoré su comentario. –¿Quieres ver vídeos? Te podría prestar mi celular.

Se lo tendí, pero antes que lo tomara con una sonrisa se lo retiré. – Eres tan  tonto al creer que te lo daría así de fácil.

Iseul se burló. Minhyun hizo una mueca y se cruzó de brazos en su asiento. Yo proseguí. –¿Ya viste que es feo que te digan eso? No lo vuelvas a hacer, piensa en los sentimientos de los demás.

Le dije mientras le tendía mi móvil, esta vez en serio. Minhyun asintió ante mis palabras y miré a Iseul, quien me agradecía rápidamente.

–Definitivamente eres buena con los niños.

–De algo me sirvió trabajar en la guardería– le dije. Volví a sorber mi malteada. Minhyun rápidamente se concentró con algún video. Iseul le pasó unos audífonos ya que el sonido de armas nos aturdía e incomodaba la conversación.

–Hyungwon está bien. – Iseul me dijo– Ya está todo gordito, ven, mira esta foto. –

Iseul me atrajo hacia ella y me enseñó una foto de su pequeño bebé de apenas unos meses. Le había colocado el mismo nombre que su esposo, sí, Hyungwon. Iseul había salido embarazada casi dos años después de la graduación y casi tres después de su relación. Al inicio no le sentó bien la idea debido a que recién había empezado su vida profesional, pero le alegraba la idea de ser mamá. Me acerqué a su lado para observar a su pequeño. Era idéntico a su padre, definitivamente. Esa tarde el pequeño se había quedado con su padre y ella había decidido salir, lo necesitaba, sin embargo que su pequeño hermano se le uniera fue algo imprevisto.

–Está hermoso, Issi. Hyungwon debe estar muy feliz de tenerlos a ambos.

Las mejillas de Iseul se sonrojaron. Seguía siendo tan avergonzada para todo.

–Estoy feliz. Al inicio creí que mi bebé me daría obstáculos, ya sabes, el trabajo y todo eso, pero realmente es hermoso ser mamá, muy aparte que te cansa; y mira mi rostro, ni siquiera uso maquillaje ahora, ya ni tiempo me da.

–Igual eres linda.

–¿Y tú? ¿Por qué no has estado saliendo con nadie tanto tiempo? Hyungwon me contó que rechazaste a ese chico de tu oficina. – Inquirió. Vaya. La noticia que había rechazado a Minho había corrido hasta los oídos de mis amigos de universidad.

Soulmate + Kth » Book 3  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora