DOCE

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—Me quiero comer a un mino.

Escupí el té que tenía en la boca mientras procesaba lo que acababa de decir mi hermana.

¿Por qué era tan impredecible la hueona?

Por su parte ella puso una cara de asco al cachar que unas gotas de saliva-té le habían caído encima.

—Tan cochina, cabra chica. —me retó.

—Pero es que... —empecé a hablar mientras limpiaba mi boca y la mesa con un paño— ¡tú deja de decir cosas así de la nada!

—¡Pero sí es verdad po!

—Ya, pero yo no tengo porque saberlo. —levanté ambas cejas en modo "duh", tomé mi taza y seguí atacando mi desayuno.

—Uy, que pesá.

—Aparte no es cómo si tomarai en cuenta mi opinión, después siempre hacís lo que te sale del ovario.

Se quedó mirándome mientras cruzaba sus brazos y levantaba ambas cejas.

Puse los ojos en blanco.

—¿Qué onda?

—¿No me vai a preguntar a quién me quiero comer?

Reclamé internamente y externamente.

—¿Para qué? si ya sé quién es.

La Amelia sonrió ampliamente mientras me miraba.

—¿Quién es?

—Ese loco que te gusta de hace tiempo...

—Pff.

—Pucha Amelia —pasé una mano por mi frente mientras pensaba con los ojos cerrados— ¿cómo es su nombre? ¿Marcelo? ¿Mariano?

—¿El Matías? —frunció el ceño, asentí en respuesta— ya me lo comí, ubícate —le dio una mirada a sus uñas en modo diva mientras que yo entreabría mis labios. La hueona rápida— Ese hueón es parte de mi pasado. Demasiado virginal para mi, no sabe ni dar besos.

—Eh... ok —le dije sin saber qué otra cosa responderle.

Si le contaba esto a la Valeria ella probablemente iba a tener en un pedestal mucho más alto a mi hermana, en volá casi y tocando el cielo.

Terminamos de tomar desayuno al rato después, levantamos toda la loza sucia y la Amelia la lavó.

—¿No necesitai ayuda? —le pregunté mientras levantaba mis cejas.

—No, tranqui. Después de almuerzo tú lavas.

Asentí con la cabeza mientras me daba la vuelta para poder ir a mi pieza cuando caché que en el almuerzo ocupábamos más loza y esta quedaba mucho más sucia que en el desayuno.

Amelia culiá.

Al llegar a mi pieza tomé mi mochila y me aseguré de que tuviera las cosas necesarias adentro para poder salir sin dramas.

PAPI MECHÓN (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora