No podía lidiar con tanta presión.
¿Cachan que esto es a lo que me refiero yo y muchas personas cuando decimos que la educación en chile es mala? Nos preparan pa' puras hueás en vez de para la vida po.
Llevaba alrededor de media hora adentro del baño en la casa de la mamá del Vicente.
No, no me dolía la guata.
¡Tenía vergüenza hueón!
Antes de llegar a mi casa del supermercado le envié un mensaje a mi hermana, pidiéndole que por favor me arreglara la mochila con una toalla, bloqueador y un traje de baño piola.
Pésima idea.
La idea de "piola" pa' la Amelia era un traje de baño de una pieza, pequeño, negro, pequeño, el cual dejaba prácticamente toda mi espalda pelada.
Ah ¿y ya dije pequeño?
Dos cosas eran posibles que pasaran.
1. Quemarme entera.
2. Que se me arrancara una teta.Tengamos en consideración que casi no existe de lo segundo, así que prácticamente se me arrancaría el aire. Igual vergonzoso po.
¿Y se supone que le tenía que pedir al papi que me echara bloqueador en la espalda?
Quería matarme.
Lo peor de todo es que nunca en la vida tuve problemas con mi autoestima, porque habiendo tenido una educación como la que me brindó mi hermana era imposible no creerme el cuento, sin embargo, ahí estaba; casi sufriendo un colapso mental por culpa de lo insegura que me hacía sentir un loco que me gustaba caleta, pero que era tan cerrado que no me permitía cachar si tenía al menos un pequeñísimo sentimiento hacia mí.
Incluso en este tiempo siento que hemos retrocedido caleta, porque al menos antes me tenía desprecio.
¿Y ahora? estábamos en nada.
Inhalé profundamente y saqué choreza.
Ya me imaginaba lo desilusionada que se sentiría la Amelia si se enteraba de lo hueona que yo estaba siendo en ese momento.
Así que saqué pecho y autoestima.
Salí del baño con la mochila entre mis brazos y luego de sacar el bloqueador, la dejé sobre el sillón, pa' después caminar hacia la parte trasera de la casa.
Eché una sapeá piola por la ventana; no se veía nadie afuera y eso me dio la magnífica idea de salir corriendo –aprovechando la ausencia de la población– pa' tirarme en la piscina.
Cuando el Vicente apareciera yo ya estaría lo suficientemente tapada.
Soy seca.
Abrí la puerta, eché una mirada detrás de mí por si las moscas y luego seguí caminando.
Pero como siempre en la vida, las cosas no salieron como las planeé ya que apenas puse un pie en el patio me encontré frente a frente con el Vicente.
Oh la la.
¡El culiao rico hueón oh!
Ya se había sacado la polera y gracias a mi altura en comparación a la suya; mi vista quedaba frente a su pecho.
¿Qué pasa si le pasaba la lengua?
¡Es broma!
Desgraciadamente no podía apartar la mirada aún cuando cachaba que estaba pareciendo una psicópata, pero es que él era probablemente el mino más rico que iba a ver en toda mi existencia y yo no quería desperdiciar oportunidad para mirarlo detalladamente po.
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PAPI MECHÓN (editando)
Novela JuvenilDe como una cabra de cuarto medio se fija en un papá soltero, antipático y orgulloso.