Broken

2. Apagón

Resulta que algunas veces, nosotros los humanos no sabemos cómo sobrellevar las emociones. La rabia, el enojo, sentimientos que pueden provocar que hagamos cosas sin pensar muchas veces. Cosas de las que podemos arrepentirnos.

- ¿Qué te parece si después te invito a un licuado?- el chico le sonrió levemente. Su traje bien elaborado de mosquetero le quedaba perfecto, casi parecía sacado de esa época.

La castaña elevó su ceja, cruzándose de brazos. - ¿Sólo un licuado? Leonardo, que mal recuerde, me debes muchas cosas- el muchacho se rió- Entre ellas, una salida al cine.

-Dime la hora y ahí voy a estar- relamió sus labios- ¿Pero me aceptas bailar mientras tanto? Matteo va a cantar pronto.

- ¿Y quieres que baile una canción Lutteo?- se carcajeó- En definitiva, paso.

Él la tomó de las manos, jalándola hasta estar relativamente cerca. - Aurora Navarro, ¿segura que no quieres bailar?

La chica acercó su rostro al suyo, y justo cuando Leonardo pensó que ella le besaría, Aurora se detuvo, poniendo distancia entre ambos, pero sostuvo sus manos entrelazadas. -Vamos a escuchar un poco de tu mejor amigo, ¿sí? Después podemos bailar un poco.

Tú imagen me llegó con su magia, su perfume y su color. De llave tu sonrisa y una canción. Aprendimos el idioma del amor.

- ¿Te animas a subirte ahí y cantar algo conmigo?- Leonardo susurró con unas sonrisa ladeada cerca del oído de Aurora. Sin voltearse, ella sostuvo su mano, sonriendo también- Tomaré eso como un sí. Subiremos después de ellos.

Todo lo que hago me lleva a ti. Yo solo quiero que seas feliz.

- ¡Ay, me encanta esta pareja!- Jazmín exclamó, miró a Ámbar- ¡Creo que me equivoqué porque todo el mundo los quiere juntos!

Ámbar dejó salir un grito de enojo mientras que su respiración se volvió pesada. - ¡Te lo juro, Jazmín! ¡No te aguanto más!- la pelirroja retrocedió sorprendida. Ámbar cargó su mirada con veneno. - ¡Cállate la boca!

Buscó a Aurora entre las personas, y cuando se topó con ella, le hizo una seña con la cabeza en dirección a los vestidores antes de salir de la pista. La castaña se soltó del agarre de Leonardo, atrayendo la mirada de confusión del chico- ¿Me esperas un segundo? Tengo que hacer algo, vendré pronto.

Ni siquiera se molestó en esperar una respuesta del rubio y fue directo con su mejor amiga. La mayor de las dos aún se notaba enfadada, si de querer se trataba, Ámbar hubiera lanzado dardos venenosos a todas las personas en la fiesta. - Ven conmigo.

La rubia ordenó con voz seria. Aurora frunció su ceño pero lo hizo. Sus ojos analizan la situación. El té caliente que Ámbar tomó de la barra de comidas lo estaba sujetando con tanta fuerza, que podías pensar que ella era inmune al calor que irradiaba la bebida.

-Ámbar, ¿qué vas a hacer con eso?- la hermana pequeña de Nico Navarro cuestionó exaltada al verla patinar hacia el monitor y el equipo de electricidad que manejaba la mayoría del sistema de cámaras del Roller. - Ámbar no...

No tiene tiempo de detenerla. Su mejor amiga, apretó el vaso de té justo sobre el monitor, provocando que todo el líquido ingresara en el sistema. - ¡Ámbar! ¿Perdiste la cabeza?- la castaña la jaló fuera del alcance de los cables chispeando. Y solo le toma un par de segundos a toda la instalación quedarse sin luz.

Los murmullos en la pista no se tardaron en escuchar. - ¿Qué rayos acabas de hacer, Ámbar?

-Vámonos de aquí antes de que se den cuenta, Aurora- habló entre dientes, saliendo ella primero de los lockers. Aurora le echó una última mirada al monitor, humo saliendo del sistema interno y su corazón latiendo a mil por hora. Estaba asustada por el apagón, porque si alguien llegaba a notar que fue provocado, Ámbar iba a terminar mal.

Aún en la oscuridad, Leonardo encontró a la chica, dándole un vistazo a su físico, comprobando que estuviese bien- No te preocupes, lo estoy. Sólo me asusté un poco, no es nada.

-Tus palmas está heladas, ¿estás segura de que estás bien?- Aurora asintió su cabeza. Leonardo dejó salir un pesado suspiro- De acuerdo. Creo que el apagón ha sido una falla del cableado, espero que no sea nada grave.

Sus ojos se veían tan sinceros, aún con poca luz, Aurora podía ver el brillo en ellos. Se sintió mal- No cantaremos esta noche tampoco, otra cosa agregada a la lista que tienes por cumplir...-soltando una risita, quiso aligerar el ambiente. Siente aún la adrenalina y el miedo correr por su cuerpo.

-No te preocupes, Aurora. Cumpliré cada cosa de esa lista.