14. Entre broma y broma.

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Para la sorpresa de todos, ese día, la reina de la pista no apareció en el Blake.

Simón por su lado no pisó el Roller, siendo extrañamente pensado por Nico y Pedro.

Ámbar no faltaba a la escuela sin antes avisar y con todo el revuelo del incendio de la pista, ir de compras no iba a ser una excusa. Eso fue lo que pensaron sus tres amigas. Aurora les dijo que seguro había decidido quedarse dormida.

Pero sabía muy bien que esa no era la verdadera razón, dado a que Tino le dijo que de la señorita Ámbar no había escuchado nada. Y Ámbar despertaba temprano casi todo el tiempo. Por no decir siempre.

Simón, por el contrario, podía pasar el día entero con su rostro pegado a la almohada, pero eso tampoco sucedió.

Nico y Pedro despertaron y el mexicano no estaba en el apartamento. Sus cosas estaban ordenadas y eso era todo. Cuando llegaron al Roller, pensaron que él estaría allí, pero ni rastro suyo había.

La castaña pidió un batido de mango con muchos hielos y se sentó en una de las mesas cerca del escenario. Sacó sus libros y los puso sobre ella, teniendo la intención de hacer la tarea. Pero su mente estaba en dónde podía estar Ámbar.

No mucho más tarde, una llamada entra en su teléfono. Su ceño se frunce y aprieta sus labios antes de deslizar su dedo por la pantalla y contestar.

La señora Sharon le saluda normal, como de costumbre. Es incluso cariñosa, como cuando trataba a Ámbar en un público importante, y va entonces directo al punto. Quiere saber dónde está Ámbar.

Una mentira salió natural de sus labios. Estamos planeando cómo ayudar al Roller con la pista de patinaje.

La señora Sharon no cree firmemente en esa respuesta, pero la acepta. Y le dice que necesita a Ámbar en casa para la hora de cenar y que ella también podía asistir. Aurora le asegura que estarán ahí, ambas.

O eso es lo que esperaba.

— ¿Qué hay de Simón? ¿Se quedó dormido?

Aurora cuestionó a Pedro, escribiendo la respuesta de una pregunta sobre ciencias. El de ojos claros negó la cabeza.

—No sabemos dónde está. No durmió en el apartamento, o al menos, no estaba ahí cuando nos despertamos.

Coincidencia.

Pensó la hermana menor de Nicolás. Pero eso ya era demasiado.

—¿Y Ámbar? Siempre están ambas juntas...

—No sé dónde está —replicó distraída. Pedro frunció el ceño. —Tampoco fue al Blake en la mañana.

— ¿Le habrá pasado algo?

Preguntó Pedro con preocupación notoria. Aunque no trataba mucho a la chica, era la mejor amiga de Aurora.

Pero una voz habló primero que la chica. — ¿A quién?

Simón apareció de la nada. Traía una camiseta manga corta gris y unos shorts de jean con sus tenis negros. Su rostro demostraba que estaba algo cansado, pero tenía una extraña chispa reflejada en su rostro, en su mirada.

— ¡Simón! ¿Dónde estabas? ¡No supimos nada de ti por toda la mañana! — Pedro le atormenta con preguntas. Aurora quiere ir a escuchar e indagar sobre la desaparición, pero cuando va a hacerlo, su teléfono la distrae.

El identificador de llamadas muestra la cara y el nombre de su mejor amiga, la rubia que estaba a punto de pasar por un interrogatorio.

—Aurora, necesito que vengas ya al parque cerca del Roller. Tengo algo que decirte.

— ¿El porqué de tu desaparición, por ejemplo?

Espetó, guardando sus cosas en su bolso. Aún traía la ropa del Roller por flojera.

—Escúchame, sí. Tiene que ver con eso. Pero en serio necesito a alguien ahora mismo.

— ¿Qué te pasó?

Apuró su paso para irse, se tropezó con Leonardo de ida, y aunque el chico intento detenerla para conversar, la castaña ya tenía planes de mejor amiga.

—Creo que me estoy enamorando.

Ámbar cortó la llamada. Y pasó ambas manos por su cabello rubio, desordenándolo. Lo que le faltaba. Realmente lo único que le faltaba. Pensar que se estaba enamorando del estúpido niñato amigo de Luna.

Pensó que su cerebro había captado bien la idea de "hacer sufrir a Lunita al engañar a su amiguito Simón y romperle el corazón". ¿Cómo era que de repente, su cerebro había mal interpretado todo y ella estaba sintiendo algo por Simón?

¿En qué parte se había equivocado?

Lo que ella no supo antes, entre broma y broma el amor se asoma.

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¡Siento mucho no haber publicado nada! Si es que alguien todavía lee esta historia, o si les gustaría seguir leyendo tengo planeado terminarla. La escuela se adueñó por completo de mis días y hasta ayer fue que pude escribir capítulo. Espero que les guste 

Recuerden que pueden dejar un comentario o regalarme una estrellita (no cuesta nada y me hace extremadamente feliz) 

Un beso a todos, ¡que tengan linda tarde! 


BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora