59.-Si Eres Un Sol.

388 27 16
                                        

-Aún sigo sin creer que ella fue la responsable de todo esto.

Musitó el chico, entrelazando los dedos con su novia. Ámbar escuchó en silencio. El corazón estaba casi que se salía por su boca.

-Pensé que ella era una buena chica. Además que casi pudo haber muerto... No puedo creerlo.

-¿La odias?

Ámbar se atrevió a preguntar.

-No la odio... Pero me siento decepcionado. No pensé que había tanta maldad en ella.

-¿Piensas que es malvada?

Simón asintió. -Claro, solamente alguien malo sería capaz de hacer eso. Pura maldad y odio dentro de ella... Siento pena...-suspiró. -Me hace sentir mejor que Juliana ya está tomando acciones en el asunto...-besó el dorso de su mano. -Ámbar, en verdad lamento haber desconfiado de ti.

Su corazón se detuvo por un segundo al oír esas palabras. Las manos le sudaban.

-Espera, ¿qué?

Se detuvo justo en mitad del pasillo de la entrada del Roller. Simón le miró con confusión.

Ámbar tragó con dificultad. -¿A qué te refieres con que Juliana está tomando acciones? ¿Qué va a hacerle a Aurora?

-Juliana llamó a la gente de Vidia ayer por la noche. Escuché a Nico decir algo sobre qué había una posibilidad de meterla en un reformatorio.

Esas palabras fueron suficiente como para que se soltara del agarre de Simón y corriera dentro. Buscó a Juliana con la mirada, una sola cosa resonando en su cabeza: le diría la verdad. Toda la verdad.

Si alguien tenía que pagar por ello, debía de ser ella. Aurora era inocente y era su mejor amiga. No podía hacerle eso a su mejor amiga. A la única persona que había estado allí para ella en las buenas y en las malas toda su vida.

- ¡Juliana!

Exclamó con prisa. Paró en seco cuando vio a su mejor amiga junto a la mujer que buscaba. Aurora se giró hacia ella, quitando lágrimas de sus ojos llorosos.

¿Ella había echo que Aurora llorara?

Relamió sus labios, terminando se acercarse. - ¿Qué...? ¿Qué está pasando?

Tenía la garganta seca.

-Vidia está pensando en denunciar a Aurora con la policía-anunció la mujer. - Quizás le hagan un juicio.

-Pero no puedes hacer eso, Juliana.

Elevó una ceja. - A ver, dime, Ámbar, ¿por que no? -preguntó. -Sí ves la gravedad del asunto, ¿no? Pudo haber lastimado a alguien...y casi termina asfixiada.

-Sí, pero es que no... No puedes hacer eso Juliana... -su voz tembló sin saber qué más decir sin dejarse al descubierto. -No puedes... No...

-Voy de salida, Ámbar. Aurora...luego te veré en las instalaciones de Vidia...-se giró hacia Ámbar. -Cuando regrese, te quiero lista para el entrenamiento para la competencia de Cancún.

Es en ese entonces, que escucharon pasos. Leonardo apareció detrás de Simón. Los ojos café confundidos del chico mexicano la miraron. La pregunta era clara: ¿qué estaba ocurriendo? Luego poco a poco, fue cambiando a miedo. Meneó la cabeza y susurró un lo siento para darse vuelta y ver a Juliana.

-No lo hagas, Ámbar...

Todavía, Simón no entiende lo que va a hacer. Piensa que se va a echar la culpa para proteger a su mejor amiga.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora