— ¿Qué les decía Santi?— la castaña esperó a que cerraran el Roller. Hacía bastante frío afuera, y las calles estaban oscuras en exceso. Era como si mágicamente, esa noche, había sido bastante planificada por algún guionista de misterio.
—Nos preguntó si vimos algo extraño hoy— Pedro comentó, colocándose la mochila en sus hombros. La castaña le miró, un destello de duda se cruzó por sus ojos marrones. —Le hemos dicho que todo estaba en orden, no vimos nada raro.
Leonardo le sujetó la mano fría, justo después de que bajó su vista hacia ella y frunció el ceño. Su mano estaba demasiado fría. —Aurora, ¿estás bien?
Susurró algo preocupado. La castaña le miró a los ojos mientras podía escuchar y sentir su corazón a punto de salirse de su pecho por la ansiedad que le causaba tan solo pensar en lo que había pasado. Ella no había hecho nada malo. Intentó detenerlo, ¿eso la hacía una mala persona?
—Estoy bien— finalmente mostró una pequeña sonrisa sin muchas ganas, pero hizo el intento de que fuera lo más creíble posible.
—Lo único raro de hoy es que no puedo encontrar mis llaves y que la puerta de mantenimiento se cierra sola muchas veces— Nico anuncia, ya están de camino a casa. Leonardo se ha ido hace algún tiempo ya. El mayor de los hermanos decidió acompañar a la castaña a su casa. — ¿Segura que no quieres quedarte hoy? Ellos intentarán ser ordenados.
— ¿Ellos?— Simón frunce el ceño. — Aurora, conoces a tu hermano. Él desordenado es él. Y hasta Pedro.
— ¡Pero si yo no he dicho nada!— el mayor de los cuatro se excusó. — ¡Siempre metiendo en problemas al pobre Pedro! ¿Y quién lo defiende? ¡Pues nadie!
—Eso dices tú— Aurora masculló sin poder evitarlo, retractándose al momento de decirlo. Los tres chicos le miraron con curiosidad, ¿qué se suponía que significaba eso?— No voy a revelar más nada, son secretos confidenciales.
— ¿Pedrito tiene un amor secreto?— Nico se burló. Las mejillas del chico de pelo oscuro se encendieron, pero intentó disimularlo pretendiendo que le molestó el comentario de Nico. Se intentó hacer el chico fuerte. Y agradeció que fuese de noche para que nadie pudiera notarlo al cien por ciento.
Pero Aurora lo notó. Notaba la mayoría de las cosas casi todo el tiempo. Siempre tan observadora, que algunas veces se le olvidaba qué sin importar que tanto mirara una cosa, ésta no iba a cambiar. Sin embargo, quizás eso puedas aplicarlo única y exclusivamente a los objetos, a las cosas materiales...Pero las personas. Las personas son otro tema, un día puedes ver a una persona de una manera, y al otro...todo lo que pensaste saber de esa persona ha desaparecido por completo.
Pero así es la vida.
—Papá— la castaña asomó su cabeza en la habitación de su padre. El señor de cabello rubio oscuro levantó la vista de sus aparatos tecnológicos y le prestó atención. —Iré a casa de Ámbar un momento, he quedado con ella para terminar el trabajo de historia.
Lo primero que se le pasa por la cabeza es lo que sale de su boca.
Tiene un mal presentimiento en su pecho. El tipo de presentimiento que te dice que tengas cuidado por donde vas, o qué haces, o con quién lo haces. El tipo de presentimiento de que te dice cuida a los que te importan. Y por alguna razón, sabía que su mejor amiga, podía estar a punto de meterse en problemas.
Ha llamado a la mansión Benson para preguntar por Ámbar, nadie le ha dicho nada. Así que su opción inmediata es ir al Roller. Es más extraño el lugar de noche. Y es aún más extraño, que la puerta que vio a Nico y a los chicos cerrar hace un par de horas atrás, esté sin seguro.
— ¿Ámbar?
Preguntó con duda una vez que entró. El lugar entero estaba a oscuras, así que decidió encender la luz. No había nada, todo estaba en su mismo lugar. Las sillas sobre las mesas, el mismo trozo de tela que usa Pedro para secar la barra está tal cual lo ha dejado él antes de irse.
Pero sentía el lugar diferente.
Buscó en todos lados, y lo que la alivió fue no encontrarse con su mejor amiga en el lugar. Sin embargo, eso no evitó que algo malo pasara. Decidió buscar las llaves de Nico por el lugar, pensando que debían estar en algún lado de la sala de mantenimiento, solo que Nico era muy despistado y de seguro las pasaba por alto.
Y olvidó el pequeño detalle que su hermano mayor había mencionado antes.
La puerta de mantenimiento se cierra sola muchas veces.
Quizás llamar a alguien fuera la mejor salida, seguro. Pero, antes de salir lo había dejado cargando, y casi podía estar de vuelta en su habitación, viendo como en su mesita de noche descansaba el aparato electrónico, recién recibiendo una llamada de buenas noches de Leonardo.
Una llamada que no respondería.
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Broken
Teen Fiction"Quizás veas solo lo superficial. Me volví una experta en esto. Cuando me quebré, pegué tan bien mis piezas para que nadie notara lo rota que seguía estando". Basado en la serie de Disney: «Soy Luna». Todos los derechos a sus respectivos creadores.