55.- Las dos necesitan sanar.

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Ámbar tenía que admitir que no era alguien capaz de estar sin su mejor amiga. Tenía a Delfina y a Jazmín, pero Aurora siempre fue la que la entendió más. La que se esforzaba por completo en ayudarla. La que estaba en las buenas y en las malas con ella.

¿Había sido una mentira?

Si tenía que escoger en quien confiar, con los ojos cerrados le confiaría a Aurora su vida. ¿Por qué entonces no le creyó cuando ella le dijo esa frase por teléfono? Recordaba la mirada desaprobatoria de Manuel cuando subió a su habitación y ella le respondió que no le interesaba Aurora porque era una mentirosa. Que su madrina jamás le haría algo como eso.

Tenía la duda de que si confiaba en Aurora y sabía que ella jamás le mentiría...¿por qué no había tomado su lado?

—Ese es un lindo vestido— Delfi le dijo cuando salió del probador.

Ámbar observó una cabellera castaña acercarse a ellas y estuvo a segundos de llamarle Aurora. Pero por obvias razones, ella no estaría allí.

—No es la gran cosa— masculló de mala gana antes de regresar al probador.

Tomó tres vestidos más y se los probó. No le gustó ninguno. Así que salió y apenas sonrió al ver a Manuel. El chico cabeceó en saludo y se giró hacia Delfi otra vez. Ámbar frunció el ceño, ¿ahora él le ignoraría? ¿Quién se creía que era? Apretó sus manos en puños y se acercó a él dispuesta a enfrentarlo y reclamarle, pero él se le adelantó y le dijo que se adelantaría con Delfi a la tienda de licuados del centro comercial. 

Su expresión decayó cuando se dio cuenta de que le estaba haciendo un mal a Manuel. Pero él actuaba así por una simple razón. Sabía que apartar a Aurora no era lo correcto. 

—¿Te gustaría usar qué tipo de vestido? Con tu tono de piel pienso que se te vería muy bien uno azul claro...

Giro su cabeza al escuchar la voz de Jazmín cerca. Tenía el entrecejo fruncido al dar con ella. Su altura y su cabello rojizo causaba que siempre resaltara. Con discreción se acercó un poco para ver al escena. Sintió traición al ver a Jazmín junto con Aurora. Y sintió incluso molestia y confusión al ver a Leonardo y a Aurora tomados de la mano mientras se reían. 

¿No le importaba? 

Ese chico le había hecho daño.

Jugó con sus sentimientos. Por más que se hubiera disculpado, aún  no le parecía que saliera con Aurora. Sentía que su mejor amiga podía estar con alguien que la quisiera más. Pensó que ella y Manuel estarían juntos. Claro que luego recordó que el que no se hablaran era culpa suya y se tragó todas sus palabras. Había arruinado una oportunidad para Aurora.

Otra vez. 


Una vez compró el vestido que Jazmín le había indicado, Leonardo llevó a la pelirroja hacia su casa y acompañó a Aurora al apartamento con los chicos. El transcurso fue callado. Se sentía extraño, pero a la vez...normal. Lo que antes solía ser una rutina, algo que hacían siempre, se volvió una situación que se sentía diferente. No incómoda, pero sí...distinta. 

Las cosas no suceden del mismo modo dos veces. Y eso lo sabía bien Aurora. 

—Creo que tenías razón después de todo...—colocó un trozo de cabello detrás de su oreja. Sonrió amargamente—. Es mi mejor amiga, pero pasé tanto tiempo cegada...no vi tantas cosas que hizo.

Cuando vio la mirada en sus ojos, cambió a una sonrisa triste.

—Vamos, si quieres decir te lo dije...está bien. No te preocupes, supongo que tuve que haber visto venir esto.

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