Broken

3. ¿Fuiste tú?

-Tranquilos, tranquilos todos. Solo ha sido un pequeño problema que ya voy a resolver, ¿de acuerdo? Manténganse en sus lugares y no se alteren- A lo lejos, escucha la voz de Santi Owen. Sujeta la mano de Leonardo con algo de ansiedad. La luz ha regresado y todos tienen rostros de preocupación.

La fiesta estaba acabada, eso ya se sabía.

-Voy a ir con los chicos, ¿bien? Nos vemos al rato- Leonardo patina hacia la salida, siguiendo a los otros tres chicos disfrazados de mosqueteros. Los ojos marrones de Aurora recaen sobre su mejor amiga. Su rostro es serio y no tiene ninguna expresión en sus ojos. Como si no le hubiera afectado en lo absoluto lo que acababa de hacer.

-Atención, todos -Santi Owen, como siempre, intentando salvar la noche. Trata de tranquilizar el ambiente, diciéndoles que no ha sido nada. Algo que no fue planeado, pero que solo le añadía un pequeño toque de misterio a la noche de la gran Roller Jam. Incluso, se toma el atrevimiento de afirmar que tendrían nuevos shows. No pierde el tiempo.

Y así era.

No podía detenerse a pensar en las cosas malas, sino que miraba a futuro por las cosas buenas.

Antes de que Aurora tomara la iniciativa de irse con los mosqueteros, las tres chicas la detuvieron. Su cuerpo se tensa ante la mirada de desconfianza de Delfi. Tiene los ojos puestos tanto en Ámbar como en Aurora.

-Justo se cortan las cámaras ahora, no lo entiendo, chicas. Mis fans ni siquiera tuvieron tiempo de ver mi disfraz- Jazmín se queja. Tiene tanta tristeza en su voz. - ¿Qué habrá pasado?...Espera, ¡Luna!

Tampoco se molesta en escuchar la respuesta, por seguir a la mexicana. Delfi se cruza de brazos, intentando darle la mirada más severa a las dos chicas. -Sí... ¿Qué habrá pasado?- pausó unos segundos. - ¿O alguna de ustedes sí sabe algo al respecto?

Ámbar giró su cabeza hacia ella, su ceño se frunció y un destello de enojo se coló en sus ojos. - ¿Yo? Delfi, ¿me ves cara de saber algo? Por favor- soltó una risa seca. -Claro está que no sé qué le pasó a esas cámaras.

-Esperemos que no sea nada grave- Aurora masculló sin muchas ganas. Sintió su corazón encogerse cuando Delfi le miró con sorpresa e incredulidad a la rubia.

-Ámbar, fuiste tú, ¿no es así?

Por dentro, la chica lo único que quería era escuchar que no había sido su amiga. Porque de algo que quería estar segura, era que ella tenía límites. De que su cerebro podía reconocer cuando era demasiado. -Sí, fui yo.

Replicó con duda. Delfi negó su cabeza, sin creerse lo que estaba escuchando.

-Ha sido sin querer- Aurora hace el intento de ayudarla. -Algo así, creo...

Se volvió un enredo en su mente. ¿Había sido con qué propósito? Porque, hasta donde sabía ella, Ámbar estaba determinada a hacer el cortocircuito. O eso parecía.

-Si Ámbar no va a decirme qué pasó, dilo tú, Aurora- Delfi ordenó. Estaba preocupada. Era consciente de que la rubia era capaz de muchas cosas, y a donde ella fuera, Aurora estaba ahí para evitar que hiciese cosas peores, pero jamás en su vida, algo como eso, se cruzó por su mente. Al menos, esperaba que la castaña hubiera evitado todo eso.