23. ¿Entonces por qué la lastimabas cada vez que podías?

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Las cosas no han cambiado mucho.

Aurora apenas sabía cosas muy pequeñas de lo que hacía Leonardo. Y todo era gracias a que Luna hablaba demasiado alto por los pasillos de la escuela. La castaña se retorcía de celos al saber que para ella sí aparentaba tener tiempo. Y con Aurora...Ni siquiera había vuelto a insistir con las disculpas.

Admitía que ahora era ella que comenzaba a sentirse mal al respecto. Debía de reconocer que de vez en cuando se preguntaba qué había pasado realmente. De vez en cuando, miraba su teléfono con las intenciones de llamar al rubio y escucharle. Pero Ámbar siempre estaba ahí para evitar que cayera tan bajo.

El roller aún no tenía culpable para el incendio de la pista, y por lo tanto los problemas seguían surgiendo. Aurora intentaba no ser pesimista con el hecho de que su hermano, Pedro y Simón ahora fuesen los nuevos encargados. Le habían dado el peso del mundo a tres torpes. Claro que ella no lo diría en voz alta. Se mantendría positiva frente a ellos.

Y se había hartado de trabajar en la heladería. Así que tendrían que buscar otra forma de conseguir dinero para recuperar la pista.

Ámbar rodó los ojos ante la pelirroja emocionada probándose la ropa de Aurora y de ella. Mientras que la castaña tenía la vista fija en el teléfono. Delfi junto a ella juntó sus ojos, observando lo mismo que su amiga. La foto de Luna y Leonardo estaba en la pantalla. Delfina no sabía nada al respecto de esa foto. Pero estaba segura de que eso no había sido lo que sucedió. Ella estaba ahí. Recordaría qué había pasado en realidad.

Y ellos nunca se dieron un beso.

—Rori... ¿De dónde sacaste esa foto?— preguntó en voz baja la pelo oscuro. Aurora sonrió bajo, llena de tristeza, sin retirar la mirada de la pantalla. —Rori...

—Ámbar me la mostró.

Se limitó a responder.

Delfina le dio una corta mirada a la rubia que parecía estar muy ocupada mensajeándose con alguien como para prestarle atención. Regresó la mirada a Aurora y finalmente habló: — ¿Puedes enviarme esa foto?

— ¿Para qué o qué?— preguntó sin entender.

Delfi negó la cabeza, restándole importancia—. No te preocupes, solo envíamela. ¿Hablaste con Leonardo sobre esto?

—Él dice que no es verdad...Aunque, ahora se la pasa con Luna todo el rato. Lo cual siento que hace que todo sea cierto. Ni siquiera intenta negarlo ahora.

Jazmín se dio cuenta de la secreteadera entre las dos chicas y elevó una ceja—. ¿Y ustedes dos? ¿Por qué tanto secreteo? ¡Yo también quiero saber!

Su comentario atrajo la atención de la mirada felina y decidió dejar su teléfono de lado, fijando su mirada en las dos chicas. Aurora se revolvió incómoda en la cama mientras que Delfi le dio una mirada de muerte a Jazmín por entrometida.

— ¿Qué tantos secretos se están diciendo ustedes dos? Nos morimos por saber.

Ámbar comentó, se notaba la acidez de sus palabras.

—Nosotras...—Aurora empezó, pero su mente se quedó en blanco. Sabía que Delfi no quería decirle la verdadera razón por la forma en la que se comportaba, pero entre ella y la rubia no había secretos. Hasta ahora, — estábamos pensando qué hacer para recaudar dinero.

— ¡Sí!— Delfi asintió rápidamente— Estábamos pensando en hacer un Open para recaudar el dinero. Sé que ya habíamos dicho algo así, pero nunca lo llegamos a concretar.

—Al fin usan la cabeza para pensar— Ámbar murmuró, y su rostro de serio pasó a ser una sonrisa en muy poco tiempo. Aurora suspiró—. Dile a Nico la idea, podemos hacer que funcione. Chicas vs. Chicos.

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