39.- Mira como se ríe.

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—Sólo para que quede claro...No estoy enfadada— Jazmín le hizo saber a Aurora.

La muchacha bebió de su jugo de maracuyá con mucha tranquilidad mientras escuchaba a Delfina y a Jazmín hablar.

— ¿En serio?

Jazmín le miró molesta. — ¡Claro que lo estoy, Rori! ¿Por qué Ámbar tiene que estar con Simón? ¿Es que me lo quiere quitar? ¿Eso es lo que quiere? No me gusta nada de esto, Simón es mío.

—Simón no es de nadie— se rió Aurora, no lo decía en mal modo, pero hizo que Jazmín se molestara un poco y que Delfi le diera una mirada para que se callara, lo cual la castaña no hizo—. Mucho menos tuyo, Jazmín.

—Rori, estás siendo algo mala.

Delfi susurró.

—No estoy siendo mala, estoy siendo realista— se encogió de hombros— Simón no va a salir contigo, Jazmín.

—Aurora...

—No, déjala, Delfi— Jazmín la interrumpió, poniéndose de pie—. Vete con Ámbar, las dos son iguales.

Aurora le sonrió sarcásticamente, tildando un poco su cabeza.

La misma chispa de malicia con la que Ámbar miraba a Delfi y a Jazmín la mayoría del tiempo se reflejó en los ojos oscuros de la chica. Delfina lo notó inmediatamente y eso debía de admitir no le había gustado para nada. Aurora estaba extraña desde hacía ya unos días. La había conocido toda su vida y ella siempre le ponía un alto a las cosa que Ámbar hacía, pero desde el momento en el que supo lo del incendio de la pista y no hizo nada (evitar que culpara a Luna había sido un poco, pero no lo suficiente), sabía que las cosas eran distintas ahora.

—Ay, pero Jazmín... ¿Por qué me lo dices como si fuera lo peor del mundo?

Le miró elevando una ceja, la sonrisa no dejaba sus labios. — Si eso es lo que has querido ser todo el tiempo, ser igual a Ámbar.

—Mejor nos vamos— Delfi habló antes de que su amiga dijera algo más que terminara por hacerlas discutir. Arrastró a la chica lejos de la castaña hasta casi llegar a los casilleros—. ¿Por qué seguías buscándole la lengua a Aurora, Jazmín?

—Ella y Ámbar empezaron— se defendió la chica. Su rostro molesto cambió por expresiones más tristes. — Rori tiene razón, Delfi...Simón nunca va a salir conmigo...

Delfi arrugó su frente. —No digas eso, Jazmín. Quizás...

Jazmín tomó su cabeza e hizo que girara, justo al frente, Simón reía con mucha felicidad mientras que Ámbar solamente le sonreía y decía algo. El mexicano parecía estar pasando un buen rato y Ámbar simplemente parecía estar siendo más agradable de lo que era. Todo es un plan, Delfi pensó en su cabeza, entrecerrando sus ojos y negando. Se giró para mirar a Jazmín.

—A él le gusta pasar tiempo con ella, mira como se ríe. Está feliz.

—Jazmín, sabes cómo es Ámbar. Ella sólo...a ella no le gusta.

Delfi le dijo, pero en la última parte no está tan segura.

—Pues, peor aún— se veía angustiada— ¡le va a romper el corazón! Y Aurora la va a ayudar a hacerlo...Tengo que decirle.

— ¿Decirle a quién?

Leonardo preguntó mientras se acercaba. Delfi y Jazmín eran títeres de Ámbar, sí. Eso lo sabía él. Pero hubiera preferido que Aurora estuviera con ellas, que con la rubia. Claro que  ya no era de su incumbencia lo que la hermana de Nico hiciera o no.

Jazmín miró a Delfi con pánico y la castaña relamió sus labios antes de hablar: —Eh, que tiene que decirle a Nico y a Pedro que ella quiere proponer una temática para el Open, así recaudaríamos más dinero, ¿no Jazmín?

— ¿Sí?

La miró confundida.

Delfi le dio una mirada para que asintiera y ella la captó inmediatamente, cabeceando rápido. Leonardo encarnó una ceja.

— ¿Y de qué trata?

Preguntó con interés.

— ¡Es una sorpresa!— exclamó Delfina, con una sonrisa nerviosa—. Tenemos que hablar sólo con Pedro y Nico para que más nadie la sepa hasta que sea el momento.

—El Open es en tres días...

—Lo sabemos.

Asintieron las dos.

Y antes de que pudieran decir otra cosa, se escucharon unas fuertes carcajadas que llamaron la atención de los tres. Jazmín sabía de quiénes se trataban, pero en el fondo se sorprendió al ver a Rori riendo con ellos como si se hubieran contado el mejor de los chistes. Delfi siempre estaba de observadora, y mientras vio como a Jazmín se le iba la ilusión poco a poco, notó a Leonardo tragar con dificultad y bajar la mirada por un par de segundos.

Si ella pudiera tan sólo confirmar que las dos fotos que les habían ocasionado problemas habían sido obra de Ámbar, pudiera hacer que Leonardo y Rori se arreglaran, pero con eso también le causaría problema a la rubia, y con ella no quería estar en malos términos.

— ¡Oye, Leonardo! ¿Estás listo para practicar la canción?

Luna se acercó sonriendo de oreja a oreja.

El muchacho cabeceó, transformando su semblante. Volvía a ser el chico relajado que casi no demostraba mucho.

El típico Leonardo.

Pero Delfi sabía lo mucho que a él le importaba todo lo que lo rodeaba. Sobre todo Aurora. 

***

A las personas leyendo esto todavía, mil gracias y millones de besos.

¿Cómo les van pareciendo los personajes? Recuerden que la historia no va a seguir al cien por ciento la historia original de Soy Luna. ¿Por qué creen que Leonardo detesta tanto a Ámbar?  

Si les gusta, pueden recomendarsela a un amigo/a y darle a la estrella. 

Mil gracias otra vez, 

besos xx

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora