Cuando los primeros rayos del sol asomaron por el firmamento, Tumak emprendió la marcha de dos dias hacia la falda de las montañas en donde se encontraría con el líder de la tribu de Roca. En la reunión acordaron encontrarse dentro de treinta lunas con las provisiones a intercambiar, y entre ellas Tumak prometió al gran jefe Sakana que le entregaría a Loana y, dado que esta era virgen (cosa que atrajo a Sakana) sería intercambiada por tres cazadores de la Tribu de Roca. Sellado el acuerdo Tumak emprendió el regreso a su caverna en las orillas del lago.
A orillas del gélido lago, Loana ayudada de una improvisada lanza trata de cazar uno de los numerosos peces que habitan las heladas aguas del lugar. Los peces son demasiado rápidos para los torpes movimientos de la mujer, por lo que su tarea resulta infructuosa. A veces piensa que le gustaría ser escurridiza como un pez para poder escabullirse de las garras de su clan, sin embargo sabe que no puede sobrevivir en su hostil ambiente sin el apoyo de sus semejantes.
Absorta en sus pensamientos sólo advirtió al extranjero a su lado cuando este se encontraba prácticamente a veinte centímetros de ella.
***
−Odio la arquitectura
Fernanda y yo caminamos hacia lo que será nuestra primera y única clase del día, al menos eso es lo único positivo que puedo rescatar de un día Lunes.
Sin embargo la gótica a mi lado parece haberse levantado con un humor de perros. Refunfuña cada vez que alguien se detiene a saludarnos y le desea la muerte a cualquier ser vivo que se cruza en su camino, incluso se peleó con una planta decorativa por mirarla fijamente, sí lo sé, yo también le dije que eso era imposible.
−Alégrate gótica, al menos a ti solo te quedan dos horas y luego te vas− murmuro con la vista fija en el celular en donde anoté el número de la sala
− ¿Hoy comienza tu taller con el chico Inglés, no? − abre la puerta del salón y nos apresuramos a tomar asiento en la última fila
−Sí, el profesor me acaba de mandar mis horarios esta mañana
−No te ves muy emocionada chica Paris, no me quejo, no soy una gran admiradora de la emoción, pero creí que te gustaba la fotografía y eso de encontrar ángulos y bla bla bla− arranca una hoja de su libreta
−Me gusta, es solo que...− miro a mi alrededor asegurándome de que nadie esté espiando nuestra conversación, las paredes parecen tener oídos en ésta Universidad –Seré la ayudante de Pool y eso me pone un poco incómoda – admito
−Creí que te agradaba – señala, formando una pequeña bola de papel y lanzándola a la cabeza de una chica con el pelo rizado que se encuentra sentada más adelante, la bola queda perfectamente enredada en uno de sus risos y eso parece divertir a la gótica− ¿Qué tiene de malo trabajar con él? Además ¿No dijiste que te pagarían?
−Si lo harán, no es mucho, pero lo ahorraré para ayudar con las cosas en casa
El profesor entra a la sala, ignorando que es Lunes y que nadie quiere hacer prácticamente nada y comienza a darnos una charla de dos horas sobre vigas y como nos simplifican la vida.
−Aun no respondes la primera pregunta – susurra Fernanda fingiendo que toma nota
Muerdo la punta del bolígrafo. No sé si contarle que me desmayé en una fiesta luego de tener una discusión con Pool y que luego éste me llevó a su casa donde aprendí que es un fanático de los autos deportivos, sé que no le contará a nadie, pero siento que es una de esas cosas que debes guardar solo para ti o si no te harán miles de preguntas incómodas que no sabrás como contestar; ¿Te desmayaste y no me dijiste nada? ¿Fuiste ya a un doctor? ¿Cómo es su casa? ¿Así que deportivo, eh? ¿Cómo confundes la puerta con un ropero? No, definitivamente no estaba preparada para eso
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Las puertas de Paris
Novela JuvenilParis Ruiz es una estudiante común, hasta que con la llegada de Daniel Pool como estudiante de intercambio a su Universidad, comienza a tener una serie de sueños que la llevan a un extraño desierto habitado por seres cósmicos tan misteriosos como su...