Capítulo 20 Tú haces que sea fácil

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Tumak reprendió fuertemente a Loana. Llevaba desaparecida varios días, tantos que el lago ya no estaba congelado, pero unos zamarreos bastaron a su juicio para ponerla en su lugar. Faltaban pocas semanas para el día de intercambios.

Pasaron los días y el clan se dedicaba a recolectar los nuevos frutos que traía la primavera, sin perder Loana nunca la esperanza de volver a ver a aquel extranjero contrastar con la oscuridad del bosque y escapar junto a él, sentirse libre nuevamente. A veces durante la negrura de la noche creía verlo merodeando en las cercanías de la caverna, y no estaba equivocada, en efecto lo hacía y con la noche como cómplice de sus encuentros ambos se entregaban al deseo. Fue en uno de estos momentos que el forastero Nieve le dijo que se iría lejos, pero que regresaría por ella, que estuviera lista para la próxima vez que lo viera.

Volvería por ella y se irían lejos.

***

Mi teléfono comienza a sonar en la planta baja, cierro el libro que comencé a leer hace algunas horas, pero ¿a quién engaño?, no he podido pasar de la primera línea, y todo por culpa de los divagues de mi mente, ¿Cómo es eso que algunas acciones causan un efecto más profundo? ¿Tendré que ser más cuidadosa en mis próximas misiones? Trago saliva ante tales pensamientos. No quiero ni imaginarme como seria eso, sobre todo considerando que se me hace sumamente difícil irme con cuidado cuando estoy dentro de aquellas dimensiones, prueba de ello es que ya quemé el Crystal Palace.

Bajo las escaleras de dos en dos hasta llegar a la mesa de la cocina, en dónde Tania dejó mi celular, lo tomo sorprendida de no sentir ningún tipo de dolor en la mano y observo la pantalla: llamada entrante de Benjamín.

 ¿Paris? Lo siento mucho, en serio...

Benja escucha — interrumpo. Tomo un poco de aire — con Fernanda solo estaban actuando como amigos preocupados, puedo entenderlo, así que tranquilo, no pasa nada.

Benjamín suelta un gran suspiro desde el otro lado, como si en verdad se estuviera quitando un gran peso de encima y ahora al fin pudiera respirar con normalidad.

Sabes que te quiero...— exhala una risa cansada y siento como se me aprieta el corazón —  el solo hecho de pensar en que algo malo te pudiera haber pasado y no poder hacer nada...

Sabes que yo también te quiero−lo interrumpo− y me preocupo por ti, así que deja de ser tan sentimental y vuelve a ser el Benjamín idiota que tanto me hace reír – añado riendo, para quitar tensión.

El también ríe, así que suelto un suspiro aliviada.

 — ¿Vamos por un helado mañana? – pregunta.

Voy a decir que sí, pero me golpeo la frente con la mano en cuanto recuerdo que mañana tengo taller con Pool toda la tarde.

 Mañana no puedo, pero al otro día estoy completamente disponible – por alguna razón la voz de Tania llega a mi cabeza "le gustas" dice, y algo de mí me dice que es mejor evitar mencionar que estaré con Daniel Pool trabajando. No es como si debiera tener celos de él ¡Ja! ¿De Pool? La sola idea me causa gracia, pero bueno, los hombres son extraños.

Entonces te parece a las ¿seis?

A las seis será entonces – sonrío aunque él no pueda verme.

−Nos vemos, cuídate.

Adiós – digo antes de cortar.

Te quiero Paris – dice casi en un susurro, antes de colgar y dejarme sola con el sonido de la línea cortada.

Las puertas de ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora