Capítulo 15 Adrenalina

8 2 0
                                    

Carente de pieles que lo cubrieran, el pálido extranjero asustó a Loana quien luego de comprobar que el desconocido no era hostil, accedió a darle por compasión uno de sus ropajes para que el extraño cubriera su casi trasparente piel.

La noche amenazaba en el horizonte por lo que la mujer por medio de señas y sonidos indescriptibles estableció comunicación con su nuevo "amigo" y le comunicó que lo llevaría a su caverna con su clan. Al consultarle por su nombre el pálido visitante le dijo que carecía de uno, por lo que Loana lo llamó "Nieve" haciendo alusión al color de su piel y le preguntó de dónde venía, a lo que Nieve respondió haciendo un gesto hacia el firmamento. Loana no comprendió su respuesta, con dificultad podía imaginar que hubiera más territorios más allá de las montañas y sintió curiosidad.

***

−Salem no ha parado de maullar, creo que te echa de menos− la pierna de Tania esta doblada de una forma que yo nunca en mi vida lograría, pero bueno, supongo que la elasticidad es uno de los beneficios del yoga

− ¿Probaste dándole de comer? – cierro la puerta y dejo mis cosas en el sillón

−Sí, no dio resultado− se estira, tocando la punta de sus pies con la mano – ¿Fernanda te dijo cuándo piensa llevárselo?

Vierto el contenido de un sobre con comida para gatos que Fernanda "gentilmente" compró, claro, si podemos llamar gentil a la larga discusión que tuvimos de vuelta a casa cuando le dije que, si quería que le cuidara al gato al menos debería ayudarme con su alimento

−No hemos hablado de eso, pero se lo mencionaré la próxima vez que la vea – Salem se sienta en el hueco de la ventana moviendo la cola y mirándome expectante.

− Y ¿Cómo estuvo tu primera clase como ayudante? Dicen que los chicos de primer año son lindos, no me molestaría acompañarte un día, ya sabes, solo para ver

− ¡Tania! – Protesto – queda estrictamente prohibido acercarte a ellos, son mis alumnos ahora

−Aguafiestas –refunfuña − ¿Por qué tú puedes divertirte con Pool y yo no puedo divertirme con un chiquillo?

−Yo no me divierto con Pool

− ¿Puedo yo divertirme con Pool?

Agh, es tan frustrante hablar con Tania. Dejo el platillo en el suelo y Salem se lanza a devorarlo emitiendo un leve ronroneo

−Solo cuando termine nuestro taller− la apunto con el sobre de comida vacío− No quiero verte rondando por ahí como gata en celo y trayéndome problemas− farfullo

− ¡Miau! –maúlla, dando un arañazo con su mano en mi dirección, pero al ver que no me hace ni pizca de gracia se detiene − Hare mi mejor esfuerzo – musita antes de darme una no muy agradable vista de su trasero.

Subo hacia mi habitación, preparando todas las cosas para comenzar a trabajar en algunos bocetos de planos que tengo que preparar para la próxima semana, sin embargo la fulminante mirada de Salem desde el pasillo no me deja concentrarme.

Suelto el tira líneas con el que he estado dibujando y me tomo el puente de la nariz.

−Está bien, tú ganas... –suspiro, poniéndome de pie.

De todas maneras no puedo posponerlo por más tiempo, y aunque me dé escalofríos, sé que tengo una buena razón para hacerlo: mamá

Tomo aliento y cierro los ojos, armándome de valor. Abro el cajón de la mesita de noche donde guardé la llave la noche anterior.

Las puertas de ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora